Semana Negra Kaibiles

Anoche finalizó la segunda semana del curso Kaibil que inició el pasado siete de marzo. Esta semana es conocida como la “semana negra”.

“Corrimos por mucho tiempo detrás del aliento de un Kaibil instructor. Nunca logramos cuantificar la distancia, el esfuerzo físico y el tiempo que transcurre entre el infierno y el fin de aquella etapa nocturna del entrenamiento, que entre los alumnos se le denomina la semana negra. El nombre de esta etapa es parte de la jerga militar de los Kaibiles bisoños, debido a que los horarios se invierten y con suerte se logra dormir algunas horas por día; es increíble cómo el organismo se acomoda sin mayor drama y resistencia al nuevo estilo de vida, la visión nocturna se agudiza, el olfato y el sentido del oído, al igual que el tacto se desarrollan tremendamente y no sólo por el hecho de invertir los horarios de los alumnos, hay todo un sistema de adiestramiento para expandir las habilidades de los soldados especiales”. (Ortega Gaytan, Jorge (2003); “Los kaibiles”; Guatemala, CEDHIM pag 189).

Con cada semana que transcurre se va colocando una parte del parche Kaibil. Cuando finalizó la primera semana los alumnos colocaron el borde amarillo, ayer veintitrés de marzo los alumnos colocaron el fondo negro que marca el fin de la semana negra. La ceremonia se realizó en un paraje cercano al río Mopán, aldea La Pólvora del Municipio de Melchor de Mencos, Petén.

El fondo negro del parche es colocado por los dos alumnos que sobresalieron con los punteos más altos de la semana que termina. Este momento aparece en la foto al inicio de este artículo.

– El fondo negro representa el ambiente nocturno, donde los Kaibiles utilizan el sigilo, la sorpresa y el silencio en sus operaciones. Ahora ustedes saben que la noche favorece a quien la domina – recalcó el Coronel Chay Ordoñez, segundo comandante de la Brigada de Fuerzas Especiales.

En el transcurso de esta semana los futuros Kaibiles fueron capacitados en lectura de mapas, alpinismo militar, poligonales con brújula diurna y nocturna, uso de sistemas de posicionamiento global, pista de obstáculos, balsas, botes y lo que hace que esta semana sea una de las más duras del curso: las marchas forzadas diurnas y nocturnas en diferentes tipos de terreno.

Instructores del curso Kaibil

De los ciento diecinueve aspirantes que iniciaron el curso quedaban cuarenta y tres al terminar la primera semana; anoche al momento de colocar el fondo negro quedaban veintisiete. Y es que, en verdad, son las dos primeras semanas las más intensas del entrenamiento. El sobre esfuerzo físico es soportable por cualquier militar en condiciones físicas optimas, pero no todos están preparados para soportar la presión psicológica que busca simular la presión del combate real. Otros sufrieron alguna lesión o enfermedad que les impide continuar. Si un Kaibil se lesiona o enferma dispone de veinticuatro horas máximo para recuperarse; un médico determina si en verdad puede continuar, caso contrario se dictamina baja por prescripción médica.

“Sobrevivir en el infierno Kaibil, no es sólo un acto de voluntad y fuerza física, se requiere una fortaleza espiritual inquebrantable para sobreponerse a todos y cada uno de los obstáculos que se encuentran en su interior y que es necesario salvar para llegar por lo menos a la mitad del curso”. (Ortega Gaytan, Jorge (2003); “Los kaibiles”; Guatemala, CEDHIM, pag 76).

Este es el parche Kaibil que los alumnos deben ir formando cuando finaliza cada semana; el Borde amarillo la primera semana, el fondo negro la segunda semana y cada una de las letras de la palabra KAIBIL, para completar ocho semanas de curso.