20 de agosto de 2007

LA VOCACIÓN MILITAR


En el diario Prensa Libre de hoy 20/08/2007, aparece un artículo que informa sobre militares que colaboran en las tres agrupaciones políticas que encabezan la intención de voto. Trata de enfatizar que no tan solo como asesores en seguridad personal sino que tienen presencia en el fortalecimiento partidario.


Esto es totalmente contradictorio al discurso de algunas personalidades, entidades y sectores que pregonan un supuesto sentimiento de rechazo hacia el Ejército y sus integrantes, estén estos de alta, de baja, retirados o jubilados.


El artículo hace referencia a Julio Hernández, profesor en Teoría Política de la Universidad de San Carlos, quien opina que la incursión de militares en escenarios de alto nivel influye en los diseños de políticas de seguridad y otros campos. Agrega que siempre han estado cerca o detrás del poder y sustenta sus apreciaciones en la historia reciente del país desde 1944 hasta los fenómenos más visibles en la década de los 80.


En realidad, el fenómeno a que se refiere el sociólogo se debe a que el militar guatemalteco cultiva el ejercicio del liderazgo desde su formación en la Escuela Politécnica. Aquel que desde el primer día se distingue en “obedecer” aprende a influir y ejercer comando.


Paralelo a ello, la formación de valores y virtudes militares orientados al servicio a la patria y la sociedad, impone a los jóvenes cadetes el desarrollo de una iniciativa que le exige como motivación personal el “hacer” y “contribuir” con todo lo que pueda estar a su alcance para cumplir la tarea inmediata asignada.


Al militar se le enseña desde sus primeros años que esta tarea, es parte de un objetivo, que contribuye a una misión, que obedece a un plan, que responde a una estrategia, para el logro de una visión.


El militar profesional, en su respectivo nivel practica: el análisis de su misión, apreciar la situación, planificar, organizar, dirigir, ejecutar, controlar y evaluar constantemente el rendimiento de su trabajo.


Un militar observa y vive este ejercicio profesional a lo largo de toda su carrera militar. Su constante inquietud por el cumplimiento de su deber marca su vida con una vocación de servicio abnegado, respeto y cumplimiento de leyes y reglamentos.


De allí el interés por participar; por contribuir con entusiasmo.


Un militar está acostumbrado a no quedarse de brazos cruzados cuando ve un espacio para actuar en beneficio del país; se lanza porque sabe cómo hacerlo y porque, tal vez con impaciencia contempla como otras personas igual de capaces pero que por diferentes circunstancias, no se lanzan a hacerlo. Esto lo menciona el sociólogo Julio Hernández en el artículo que se comenta.


Por eso la presencia de militares que se encuentran en la honrosa situación de retiro, en el escenario Nacional.


Por eso la sociedad acepta la presencia de estos ciudadanos en sus instituciones.


Por eso el Ejército de Guatemala es – porque otros así lo dicen – de las pocas instituciones que aún mantienen su integridad.


No debe entonces mal juzgarse la iniciativa de ciudadanos militares. Los malos ejemplos – que alguien podría mencionar y que siempre existen – no tienen nada que ver con la conciencia ciudadana de alguien que busca contribuir con su experiencia al engrandecimiento de Guatemala y fortalecimiento de sus instituciones.


No tiene nada que ver además, con la patriótica disposición de oficiales especialistas y tropa en servicio activo, que día con día contribuyen con su esfuerzo y sacrificio al cumplimiento de misiones que responden a los planes estratégicos del estamento político orientados al fortalecimiento de la seguridad y el desarrollo nacional.


El Ejército de Guatemala, es por tanto, una de las principales instituciones nacionales formadoras de líderes que con su experiencia, profesionalismo y vocación tienen mucho que dar en beneficio del país.


El espíritu de cuerpo militar se hace sentir desde las aulas de la Escuela Politécnica; se cultiva y desarrolla durante una vida militar abnegada donde la satisfacción personal y el sacrificio por el cumplimiento de la misión es la recompensa a que se aspira.

1 comentario:

  1. Con relacion al articulo de Prensa Libre de 20/08/2007. Lejos de causar polemica que miembros en calidad de retiro o jubilados de Ejercito de Guatemala participen en política, esto deberia ser visto con buenos ojos, porque? la respuesta es simple, el soldado profesional esta en la capacidad de cumplir sus obligaciones al pie de la letra, cuenta con atributos muy especiales, como lo son la disciplina, la integridad y el honor, comprometidos; estan en la capacidad de cumplir con sus tareas más alla de lo que se les pide, dando valor agregado a lo que se les asigna. Que politico no quisiera contar con un militar que paso un promedio de 30 años preparandose, bien informado de la real, realidad del pais y sobre todo listo para servir en lo que sea necesario para lograr un cambio. Lo unico de lo que yo estando en el lugar de un oficial retirado participando en politica me cuidaria es de no caer en las artimañas de los politicos inescrupulosos que dejan de velar por el interes general para velar por sus propios intereses, valiendose de la honorabilidad de un militar, la que aprendio en las aulas de la Escuela Politecnica, su Alma Mater Militar, es mas yo abogaria porque cada dia mas militares devuelvan en participacion ciudadana, lo que la patria invirtio en ellos a lo largo de sus carreras militares.

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