11 de abril de 2009

El dilema estratégico de la seguridad

Ilustración de Jaime García Cavarrubias

Qué es la seguridad? ¿Cómo debe ser una política de seguridad? ¿Quién se encarga de proveerla? ¿Cuándo emplear unidades militares para seguridad? ¿Qué es seguridad pública?

La seguridad es un estado relativo de garantía que percibe una persona al desenvolverse en el medio ambiente en que se desarrolla. Es un estado de las cosas en un tiempo y espacio específicos; por tanto es una percepción. Esta puede ser individual y colectiva. Por ejemplo: la percepción de seguridad de las personas que trabajaban en las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 era alta; pero no estaban seguras.

De la percepción de sentirse seguro o no, los gobiernos desarrollan apreciaciones, planes y acciones orientadas a garantizar la seguridad. Pero estas acciones llevan un proceso metódico.

En la figura 2 se presentan en la pirámide los componentes básicos de un Estado y los diferentes niveles de seguridad que se involucran: Seguridad Nacional, Seguridad Pública y Seguridad Ciudadana.


Figura 2

Explicación de la Figura 2:

A la izquierda de la pirámide se presentan los niveles de la seguridad. La Seguridad Ciudadana – en Guatemala – se garantiza a la población por medio de la Policía Nacional Civil y los escuadrones de seguridad ciudadana. Se ejecutan operaciones para prevenir y reducir amenazas violentas contra las personas (asaltos, asesinatos, secuestros etc.); también para reducir amenazas no violentas contra la propiedad o calidad de vida (robo, estafa, corrupción, medio ambiente etc.). Este campo de la seguridad abarca la mitigación de otras amenazas como la pobreza, exclusión social, degradación ambiental, ataques cibernéticos etc.

Amenazas transnacionales como el terrorismo, el crimen organizado y el narcotráfico pueden llegar a capturar espacios en un Estado, en complicidad con ciudadanos locales que se benefician de los ilícitos. En algunos de estos casos la capacidad de la Policía Nacional Civil – que pese a contar con unidades especiales para contrarrestar estas amenazas – podría ser sobrepasada.

Los gobiernos entonces trasladan el problema a la esfera de la Seguridad Pública porque las acciones de estas bandas afectan no solo personas o comunidades sino que repercuten en la seguridad y desarrollo de todo el país (sin la amenaza de otro Estado soberano). Por ejemplo: afecta la economía nacional, aumento de la inseguridad etc. Generalmente los gobiernos emplean conjuntamente en este nivel a la Policía y al Ejército.

La Seguridad Nacional se refiere a todas las acciones encaminadas a proteger la integridad del territorio contra cualquier agresión externa. Esta misión está encomendada a las Fuerzas Armadas o ejército (FFAA).

En el lado derecho de la pirámide en la figura 2, se observa gráficamente lo descrito anteriormente. Los factores adversos (óbices u obstáculos sin carácter contestatario) como epidemias, catástrofes naturales, crisis económica derivada de la situación mundial, afectan directamente a la población. Esto se trata en el nivel de la Seguridad Ciudadana.

Los antagonismos (óbices u obstáculos con carácter contestatario) se traducen en “presiones” de grupos que buscan un objetivo; este esfuerzo puede en algún momento anteponerse al logro de objetivos nacionales. Aquí entra el crimen organizado, el narcotráfico etc. Este nivel compete a la Seguridad Pública porque emplea a diferentes instituciones civiles y militares. El problema es Nacional.

Una presión dominante es un óbice que se contrapone al logro de objetivos nacionales y está representada por una agresión externa. Su campo de acción es la Seguridad Nacional porque casi siempre implica el Estado de Guerra.

En el caso particular de Guatemala, la línea blanca de la figura 2 que recorre desde Seguridad Ciudadana hacia factores adversos, muestra que el ejército trabaja para el desarrollo – y rescate – en caso de verse afectado el país por factores adversos. De igual manera – y por estar en tiempo de paz – se emplea en misiones de acción cívica y social, preservación del medio ambiente y programas de cohesión social que contribuyen al desarrollo aunque no sea parte de sus funciones; lo cierto es que constituye un recurso, está presente y por tanto es empleado.

Por otro lado, el ejército (parte superior de la pirámide, figura 2) que cumple – en teoría – funciones únicamente en la esfera de la Seguridad Nacional, cumple también misiones internacionales de paz contribuyendo el compromiso del Estado de Guatemala ante la ONU y la paz mundial. De esta forma se puede observar que el Ejército de Guatemala, en cumplimiento a la política nacional de seguridad del gobierno, se desempeña de una u otra forma en las tres esferas del dilema estratégico de la seguridad.


Figura 3

En la figura 3, se observan las opciones para enfrentar tanto factores adversos, los antagonismos (óbices u obstáculos), presiones y presiones dominantes. Estas opciones pueden ser medios políticos y medios de fuerza según la gravedad. Para enfrentar factores adversos y antagonismos sería preferible emplear solamente fuerza de seguridad civil, sin embargo está la opción militar para lograr desarrollo y prevención.

Las presiones y las presiones dominantes requieren el empleo preponderante de fuerzas militares para aplicar medidas ejemplares, ya sea contra amenazas como el narcotráfico, el crimen organizado o la guerra.

Figura 4

En la figura 4, se observan los medios para lograr los niveles de seguridad deseados. El triángulo amarillo indica que lo mejor es el empleo de medios no políticos para resolver los problemas, esto es con las fuerzas de seguridad ciudadana únicamente.

Conforme se va necesitando medios políticos para la solución de problemas hasta el uso de la fuerza pública, se incrementará el uso de unidades militares en la solución.

El estado de excepción constituye un uso de fuerza extremo y de emergencia de un Estado. Según la legislación vigente en Guatemala implica no solo el empleo de unidades militares sino que el control y manejo de la crisis pasa a manos del ejército.

Figura 5

Existe el riesgo, como se observa en la figura 5, que un país emplee inconvenientemente los medios de solución para garantizar y emplear niveles de seguridad.

Establecer estados de excepción (ley de orden público) desde los inicios de la problemática, antes de agotar los medios no políticos, políticos y la fuerza pública, puede resultar desgastante, ya que se agota desde el inicio del conflicto una herramientas severa y determinante para la solución de la problemática en cuestión. Deben agotarse soluciones para no llegar a un estado de Excepción.

Aplicar estos principios para determinar que fuerza emplear en los diferentes niveles de seguridad, dará a los gobiernos la oportunidad de reducir y combatir las amenazas de una manera no solo eficiente sino conveniente; evitando desgaste y reservando sus elementos para emplearlos adecuadamente conforme la intensidad de la crisis.

Las instituciones gubernamentales y no gubernamentales deben conocer también estos fundamentos, para determinar o no la pertinencia de solicitar apoyo de cualquier tipo directamente a una unidad militar; estas solicitudes deben ser congruentes con la política de seguridad de los gobiernos para el empleo de sus fuerzas.

Otras notas sobre Seguridad Pública

Disertación del Coronel Mario Mérida en el Seminario interuniversitario realizado del 18 al 20 de marzo de 2009.

¿Es el ejército una institución con incentivos para fortalecer la democracia en Guatemala? ¿Es el ejército parte de la Seguridad Pública? ¿Representa el ejército una oportunidad o una amenaza a la Seguridad en Guatemala.

El documento se puede ver aquí