Lo que implica ser militar. Estracto de las notas del Coronel retirado Robert Killebrew, ejército de EUA
--- ¿Quieres ser un militar de carrera? Bien po tí, Pero recuerda que mientras estés en uniforme entenderás menos acerca del país que proteges y su política. La política en una democracia es la antítesis de la vida militar, es caótica deshonesta, desorganizada y al mismo tiempo, gloriosa y libre, lo cual tú no eres.
Después de un tiempo estarás tentado a decir: Oigan civiles, nosotros tomamos el mejor camino, somos más organizados, somos mejores patriotas y sabemos cuál es el verdadero sacrificio, sean como nosotros... pero tú morirás equivocado hijo.
Si tú eres un militar de carrera, tienes que defender la democracia pero nunca entenderás o serás parte de ella, es más, tú siempre serás un extraño para tu propia sociedad. Ese es el sacrificio que debes hacer.
Un militar da su libertad personal por el privilegio de servir a su país; es una profesión de enormes satisfacciones, pero de alta demanda física, emocional e intelectual. Y esto es aceptado a costo de resultar muerto o herido en cumplimiento del deber.---
Articulo original: "An Old Colonel Looks at General Kelly – Foreign Policy"
By Col. Robert Killebrew, U.S. Army (Ret.)
Best Defense guest columnist
A thousand years ago when I was about to begin my military career, a wise old retired Marine colonel, a veteran of the carnage at Tarawa, gave me some advice. Paraphrased here, he said:
So you want to be a career soldier? Good for you. But remember that the longer you stay in uniform, the less you will really understand about the country you protect. Democracy is the antithesis of the military life; it’s chaotic, dishonest, disorganized, and at the same time glorious, exhilarating and free — which you are not.
After a while, if you stay in, you’ll be tempted to say, “Look, you civilians, we’ve got a better way. We’re better organized. We’re patriotic, and we know what it is to sacrifice. Be like us.” And you’ll be dead wrong, son. If you’re a career soldier, you may defend democracy, but you won’t understand it or be part of it. What’s more, you’ll always be a stranger to your own society. That’s the sacrifice you’ll be making.
I’ve been thinking a lot about that old colonel in the aftermath of White House Chief of Staff John Kelly’s remarkable press conference the other day over the president’s call to the widow of an Army soldier killed in Niger. There’s been a lot of commentary about the general’s attitude toward civilians who hadn’t sacrificed — who weren’t of the “one percent” who had — and it seems to me that most of it misses the point. Masha Gessen’s New Yorker article, “John Kelly and the Language of the Military Coup,” comes close, given President Donald Trump’s tendency to hire retired generals who complement his own authoritarian leanings. Certainly we need to be alert for the next three years — having at Trump’s elbow a retired general who disdains civilians should raise some concerns.
But the larger point that strikes me, as a retired infantryman, is the self-pity in the general’s tone. Look at us; we’ve made sacrifices that you don’t appreciate. The only good American is one in uniform, or, ultimately, the ones under tombstones in Arlington. Sadly, this kind of sad, pitying flag-waving impresses too many of my fellow citizens the same way that the insubordinate Douglas MacArthur did in the 1950s — and MacArthur is said to be a favorite of Trump’s.
Let’s be frank. There’s nothing “glorious” or “sacrificial” about choosing to be a soldier. We give up personal freedom for the privilege of serving our country, and we enter a closed-off profession that is enormously satisfying, but can also be physically, emotionally, and intellectually demanding. We accept the risk that some of us get killed or wounded. In return, the country gives us decent pay, an early retirement — some bodies get pretty broken up in twenty or thirty years — and health care. It’s not a bad deal.
But the other sacrifice — the one the colonel talked about — is that few of us quite fit into the “dishonest, disorganized and glorious” mess is American democracy. That makes us good bureaucrats and maybe good chiefs of staff, but not someone who has a gut-level understanding of democracy — the role of a free press, for example, or the give and take of backroom dealing. We chose the life we lived. Being part of the “one percent” doesn’t make us any more entitled than any other citizen. And while we’re happy that the public respects military service, too much respect makes us a little uneasy, for the reasons the old colonel said. We are privileged to serve, not the other way around.
Kelly is understandably upset that Trump — acting on the general’s advice — publicly fumbled a call to a young widow. Part of the general’s problem is that he serves a president without empathy for anyone but himself. Another is that the same president has now politicized Kelly’s private grief.
But that odd press conference has exposed Kelly’s emotional, personal disdain for the citizens he served in uniform and still serves in a sensitive political post. His remarks lead me to wonder if he really understands that soldiers are the servants of democracies, not some special race apart. A MacArthur or a George Patton, disdainful or ignorant of democracy but close to the president is dangerous to the Republic and is unbecoming his distinguished service in a profession that doesn’t need anyone’s pity.
Bob Killebrew was an Army infantry and special forces officer for 30 years. He is a member of the 504th Parachute Infantry Regiment.
25 de octubre de 2017
9 de agosto de 2017
Miércoles de fundamentalismo militar
La manera de pensar, genera patrones mentales; los patrones mentales establecen actitudes; las actitudes en común generan costumbres. Las costumbres crean hábitos, y la práctica permanente del hábito produce virtud. Las virtudes definen la cultura, y la cultura determina el desarrollo, sea de un país o de una institución.
El sistema de entrenamiento de una Brigada de Infantería se basa en disciplinar a las tropas en el área: física, militar y ética. El tiempo a dedicar para cada una de estas áreas en los soldados se expresa en un documento que toda base militar, sin excepción, posee: El Horario de Actividades.
El horario establece la cantidad de tiempo semanal que un comandante emplea en fortalecer a sus hombres para entrenarse, mantener el apresto, práctica de la instrucción del orden cerrado, fomento de valores, condición física, descanso e incluso recreación.
3er Escuadrón de Caballería Blindada, agregado a la 3a Brigada, realiza tiro con ametralladora MAG 7.62 mm desde un vehículo blindado de transporte de personal VBTP. Estos vehículos están asignados a las unidades en la zona de frontera.
Un horario abarca tiempo también, para que el soldado atienda la visita de su familia, mantenga el ornato de los edificios (barracas o cuadras) donde habita, y por supuesto, las operaciones para cumplir su misión y de apoyo a la sociedad.
En la Tercera Brigada de Infantería, los días miércoles están pensados, para que el soldado identifique, viva y lleve para toda su vida, los valores cívicos, morales y éticos, que le servirán durante su tiempo de servicio militar, y que además todo ciudadano debe cumplir.
Inicia con los honores a la bandera a las 6:00 AM, desayuno, academia para oficiales, entrenamiento, actividad deportiva al medio día toda la brigada con el Comandante. El almuerzo todos juntos, oficiales, especialistas y soldados amenizado por la marimba instrumento nacional.
Por la tarde el tiempo queda disponible para el comandante del batallón y un desfile semanal en el interior de la brigada en la "Calzada de los Héroes". A las 18:00 horas los honores para arriar la bandera, una cena especial y una conferencia de fundamentalismo militar.
Calzada de los Héroes, interior Tercera Brigada de Infantería
De esta forma, el horario de la Tercera Brigada, cumple con su propósito, sincronizando cada actividad, orientándola a un objetivo específico. Esto repercutirá en el buen cumplimiento de la misión.
Marimba de la Tercera Brigada, interpretando melodías en un almuerzo de miércoles, Tercera Brigada
A continuación el horario de la Tercera Brigada de Infantería, Jutiapa, para referencia. Disponible para oficiales superiores del Ejército de Guatemala, dejar solicitud, nombre y correo en la sección de comentarios de esta entrada.
2 de agosto de 2017
Día Cívico, 3a Brigada de Infantería
El 2 de
agosto de 2017 se llevó a cabo un día cívico en las instalaciones de la 3ª Brigada
“General Manuel Aguilar Santamaría”, con la participación de autoridades del
Ministerio de Agricultura y estudiantes invitados del Instituto de Educación
Básica INEB, Cerro Gordo, Jutiapa.
El acto protocolario
tuvo tres enfoques:
Día de la “Dignidad
Nacional”: Establecido desde 1997 con motivo de la gesta heroica de los cadetesde la Escuela Politécnica cuando en 1954 se enfrentaron a las fuerzas de “la
liberación” que ingresó al país desde Honduras para derrocar al entonces
Presidente Jacobo Arbenz Guzmán.
Comandante de la 3a Brigada en palabras alusivas al acto protocolario
Ascenso de
galonistas de la brigada: Los galonistas son soldados que por sus capacidades y
conducta obtienen un grado dentro de la tropa y adquieren responsabilidades de
comando, para operaciones y administrativas en la unidad militar a la que
pertenecen. En este acto ascendieron soldados de 2ª, soldados de 1ª, cabos y sargentos.
Segundo Comandante entrega nombramientos de "galonista"
Inauguración del curso de reforestación: La 3ª Brigada
hizo una alianza estratégica con el Ministerio de agricultura para capacitar
soldados en técnicas de reforestación; la estrategia se denomina “Comales para mi tierra“.
Consiste en concentrar soldados de todas las brigadas militares del ejército
para que reciban la capacitación, practiquen lo aprendido en sus respectivos
comandos donde prestan su servicio militar, quedando listos para reproducir el
conocimiento adquirido cuando retornen a sus comunidades al cumplir su serviciomilitar. En 2017 la 3ª brigada ha realizado campañas de reforestación en Santa
Rosa, Jalapa y Jutiapa. En este último se tiene proyectado continuar en Comapa,
Agua Blanca, Pasaco, Atescatempa y Jerez.
Vistiendo de particular funcionarios del MAGA, Segundo Comandante, Comandante y Oficial de Logística
30 de junio de 2017
146 años de contribuir a la seguridad, la defensa y el desarrollo. Feliz día del Ejército.
Seguridad y desarrollo, son dos palabras ligadas
directamente a la geopolítica. Los países Emplean todos los recursos de su
poder nacional, combinándolo con los factores geográficos para lograr este
ansiado estado de cosas.
Guatemala cuenta con un Sistema Nacional de Seguridad, que
está conformado por las principales instituciones de servicio y seguridad del
Estado. Dado que, la defensa nacional está comprendida dentro del esquema de la
seguridad nacional, y dado que, parte de la defensa le corresponde al Ejército de
Guatemala, el efecto en la seguridad y del desarrollo, es directo; ha sido
directo desde su fundación.
El ejército ha contribuido en defensa, seguridad y
desarrollo incluso desde antes de su fundación en 1871. Desde el tiempo de la
independencia en 1821, existían milicias de voluntarios, que eran organizados
por militares españoles, franceses y mexicanos que habían emigrado a la recién
independizada colonia española.
Desde este momento, la fuerza militar naciente, participó en
acciones y campañas militares: Las guerras con El Salvador desatadas en 1822, y
todo el proceso de enfrentamiento que llevó hasta la separación de las
provincias unidas de Centroamérica en 1846. Fueron 25 años con presidentes
federales que impulsaron los primeros cambios para la seguridad y el
desarrollo, a base, si así se quiere ver, de sus fuerzas armadas.
En 1851, Honduras y El Salvador le declararon la guerra a
Guatemala, dándose la batalla de La Arada, donde el ejército de Guatemala, por
medio de una estrategia de defensa móvil, libró una guerra que contribuyó a la
seguridad y el desarrollo del país.
Irónicamente cinco años después, Centroamérica se une en
1856 contra los filibusteros que habían invadido Nicaragua. Este hecho puso de
manifiesto el valor que las fuerzas armadas de ese tiempo, al garantizar la
seguridad y el desarrollo de la región. Fue la última vez qué Centroamérica se
unió militarmente para la defensa al hacer la guerra a los invasores a pesar de
ser repúblicas independientes y haber estado en guerra tres de sus países
apenas cinco años antes.
Aquella campaña militar fue conocida como Guerra Nacional de
Centroamérica, el comandante de los ejércitos fue el mariscal José Víctor
Zavala, comisionado para ello por el presidente de Guatemala, General Rafael
Carrera y con la venia de los países centroamericanos. Hoy día en el inicio de
la avenida de la Reforma, en la glorieta frente a la cámara de industria, el
jardín botánico y el Liceo Guatemala, se erige el monumento en honor a aquella
gran campaña militar centroamericana, que contribuyó a la seguridad y el
desarrollo.
Más adelante, Entrando a la década de 1870, ocurrió en
Guatemala una revolución liberal que derrocó al entonces dictador, El mariscal
Vicente Cerna, quien había sucedido al general Rafael Carrera desde su muerte
en 1865. Los líderes de esta revolución, los generales Miguel García Granados Y
justo Rufino Barrios, Impulsaron importantes reformas en el país, y una de
estas fue la fundación del Ejército de Guatemala.
Es en esta fecha del 30 de junio de 1871 en que se reconoce
oficialmente la fundación del Ejército de Guatemala. Aunque como hemos visto La participación de
las fuerzas armadas fue vital para la seguridad y el desarrollo desde los años
de independencia.
Posterior a la fundación del ejército, se da la fundación de
la Escuela Politécnica en 1873, que da un carácter profesional a sus oficiales.
Los primeros cadetes en ingresar a la Escuela Politécnica
desde 1873, no sólo pelearon en la guerra del Totoposte (1906) ya como oficiales, sino
que, luego de cumplir 30 años de ejercicio militar profesional, podían ya
contribuir y asesorar para la seguridad y defensa. Los primeros oficiales
alcanzaron el máximo nivel de experiencia a partir de 1903. Tres años más tarde
en 1906 se dio la “guerra del totoposte”, la última Campaña militar donde el
Ejército de Guatemala se enfrentó a otro país Centroamericano, cumpliendo su
papel de defensa, con repercusiones en la seguridad y el desarrollo. Esta
generación de militares profesionales, vivió el ascenso del dictador, presidente
Manuel Estrada Cabrera, quien tuvo de primera mano un seguimiento profesional
militar de las acciones durante la primera guerra mundial en Europa. La era de
los militares profesionales, cincuenta años después de la fundación del ejército,
contribuyó a los procesos que llevaron a elecciones en 1920, finalizando con la
etapa de dictadura. Esto trajo una época de auge en Guatemala, y formó parte
del aporte del ejército en la seguridad y desarrollo hasta 1944.
El ejército participó activamente en el proceso de
revolución de 1944, los sucesos en la década de los años 1950 en el llamado
segundo período de la revolución que dio origen a la “primavera
democrática”, hasta la década de los 1960, con el inicio del enfrentamiento
armado interno.
Y es a lo largo de esta historia reciente desde 1960, en que
el ejército también contribuyó de una manera directa en la seguridad y el
desarrollo del país; esto, a través de la participación de militares
profesionales en los diferentes ejercicios de gobierno hasta los años 1980.
Este tema es objeto de crítica por diferentes sectores, pero en realidad, hay
muchos testimonios y evidencia en obra y resultados, que fueron años de
eficiencia gubernamental, precisamente por el carácter profesional y la formación
de los militares en el cumplimiento del deber, la voluntad en el servicio y la
abnegación para cumplir con sus obligaciones. Este actuar militar, contribuyó
también en su momento a la seguridad y el desarrollo del país.
La contribución militar al desarrollo se acentuó desde 1976 luego del terremoto ocurrido ese año, al participar el ejército en la dirección
interinstitucional para el proceso de reconstrucción nacional.
En 1996 finalizó un proceso de paz que había tardado 10 años
en lograrse. El ejército como es su naturaleza, comenzó rápidamente su
adaptación a la nueva misión en un entorno de paz.
Para ello se diseñaron planes de modernización y
transformación, que crearon unidades militares específicamente pensadas para
contribuir al desarrollo. Dos años después de la firma de este acuerdo de paz,
el ejército recibe la orden del presidente de contribuir a la seguridad
mediante una nueva misión de apoyo a la policía para la seguridad pública y
ciudadana. Dos años después el Congreso de la República oficializó esta
decisión como ley, a través del decreto 40-2000.
En 2004, otro presidente, decreta una importante reducción
del efectivo militar. El error se hace sentir a nivel estado, y por esa razón
el mismo presidente, en el año 2006 funda los escuadrones de seguridad
ciudadana por medio de una movilización parcial de ciudadanos que ya habían
prestado su servicio militar, y bajo el mando táctico de los oficiales de la
reserva militar. Estas nuevas unidades entraron de lleno en apoyo a la policía.
La policía también había sido reformada luego de la firma de
la paz y también venía en un proceso de cambio y transformación. Desde 2006
inició una era de coordinación conjunta, interinstitucional para ambas
entidades. La formación militar profesional, la formación de los nuevos mandos
policiales y la contribución de países amigos en entrenamiento y equipamiento
Interagencial, dio inicio a una nueva era de operaciones conjuntas para la
seguridad pública y ciudadana.
El ejército por su parte, nunca descuidó su papel en la
defensa, y mantiene desde ese año, once programas de coordinación de seguridad
y defensa transnacional y transregional. El ejército inició en 2010, un proceso
para la creación de un sistema de planificación y gestión de la defensa, que
garantizara obtener los recursos necesarios, de acuerdo a la misión
constitucional, cuidando que al mismo tiempo la sociedad pudiera fiscalizar la
forma que se invirtieran los fondos. Hoy día este sistema SIPLAGDE está en su
fase final de implementación.
La Policía Nacional Civil, que había venido profesionalizándose
en sus propios procesos, llega al año 2015 en un nivel bastante avanzado,
permitiéndole empezar a retomar sus funciones que eran apoyadas desde 1998 por
el ejército. Dieciséis años llevó a la policía este proceso, y el resultado en
profesionalismo, tecnificación y capacidades, permitió que a partir del año
2017, El ejército de Guatemala Comience a retomar sus roles de defensa
exclusivamente, dejando la seguridad ciudadana en manos de la policía nacional
civil mediante un proceso por fases progresivas que está contemplado finalice
el 31 de diciembre de 2017.
A la fecha de esta publicación, el ejército cuenta ya con
una estrategia militar diseñada para mantener la defensa y continuar
contribuyendo a la seguridad y el desarrollo del país, al proyectar sus
operaciones en cinco áreas de misión específicas para sus unidades militares.
El ejército está en la era de la interagencialidad,
de la coordinación y del apoyo mutuo transnacional y transregional; en
contacto directo con países de la región y sus instituciones, todos actuando
en equipo, en red, debido a que es “en red”, que la amenaza actual del
crimen organizada opera. La amenaza actual se mueve en todos los campos:
económico, social, financiero, la salud; produciendo consecuencias que sólo se
pueden enfrentar en una unidad de esfuerzo interinstitucional y coordinado con
los equipos interinstitucionales de los países de la región.
De esta forma, es como se puede afirmar que, durante 146
años, el Ejército de Guatemala ha cumplido su misión constitucional de defensa
Comprendida dentro del marco de la seguridad nacional y que apunta al
desarrollo Del país.
El desafío vigente aún ha sido, desde la firma de la paz, generar
cultura de defensa en las mentes ciudadanas civiles e incluso militares; y
comprender el Estado en su conjunto, que la tarea de la defensa no es
exclusivamente militar, sino la unión de las entidades e instituciones que
conforman el poder nacional total, dispuesto para tal fin. La comprensión de
esta cultura permitirá a las fuerzas armadas recibir presupuesto para adquirir
capacidades diferenciadas, que contribuyan a la seguridad y el desarrollo, con
la confianza que serán bien administradas a través de un Sistema de gestión y
planificación que garantice la transparencia.
21 de junio de 2017
Seminario sobre redes de amenazas transnacionales y transregionales
El Centro "William Perry" de Estudios Hemisféricos de Defensa, organizó un seminario regional en Guatemala titulado "Contrarrestando las Redes de Amenazas Transregionales y Transnacionales". Dicha actividad académica se realizó el 21 de junio de 2017 en el hotel Casa Santo Domingo, Antigua Guatemala, Guatemala.
Participaron ochenta profesionales en Defensa y Seguridad de: Belice, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Canadá, Colombia, México y Estados Unidos de América. Conferencias, expertos en el tema, sesiones interactivas, discusión de políticas y estrategias para contrarrestar las amenazas en las américas.
Tuve la oportunidad de compartir lecciones aprendidas y comentarios sobre el papel de las fuerzas armadas, en mi caso de Guatemala, en los roles contra las redes de amenaza transnacional y transregional (Transnational and Transregional Threat Networks T3N).
A continuación la transcripción del tema preparado y el audio de lo que al final dio tiempo disertar.
Audio (Elegir opción: reproducir con "drive player")
Inicia transcripción de la disertación preparada:
Tengo en este día el privilegio de poder compartir con ustedes algunas de las experiencias y lecciones aprendidas en la ejecución de planificación y operaciones en el Estado Mayor de la defensa nacional.
En la diapositiva pueden ver, según el Atlas de la Defensa
RESDAL, como los países del hemisferio, participan con militares en los roles
de las policías en la seguridad ciudadana y otras misiones.
Cada uno de los países tiene una situación particular
distinta, definida por su propia situación política, factores geográficos;
tienen mucha influencia la infraestructura que tienen para su desarrollo, características
de sus fronteras.
Hay otros factores muy particulares de cada país, como
aspectos sociales, relación entre las instituciones; esto crea un desafío para
lograr la coordinación y unificación de los esfuerzos en la lucha común contra
una amenaza organizada en red, y que opera transnacionalmente.
El Centro de Investigación en Defensa de Chile, publicó
recientemente en su cuenta de Twuitter, y preguntó si era posible una política
de defensa común en Latinoamérica. El resultado era 67% que No y el 33% que Si.
Y es precisamente por las circunstancias que varían en cada
país. Por ejemplo en Honduras y en El Salvador las fuerzas armadas tienen
respaldo legal Para actuar contra las pandillas y el crimen organizado, en
Guatemala no totalmente. Guatemala sólo tenemos la facultad de apoyar a la
Policía Nacional Civil. En El Salvador se escucha de enfrentamientos contra
pandilleros con resultados trágicos de vidas humanas; aquí en Guatemala cuando
un soldado usa su arma y muere una persona, es necesario un proceso de
investigación en el que, generalmente, el soldado debe permanecer detenido de
forma preventiva.
Estas circunstancias particulares de Guatemala, entre otras,
deseo poner a consideración de ustedes y relacionarlo con el tema del papel
militar en apoyo a la policía. Está claro que las redes criminales no sólo coordinan
sus ilícitos transnacionalmente sino que han ascendido a un nivel inter
regional de su campo de actuación.
La amenaza se ha organizado en red y opera no solo a nivel
transnacional sino a nivel transregional. Por ejemplo en Colombia puede salir
en el proceso de investigación Un nombre de un delincuente, y a la vez aparece
a los entes de investigación en Guatemala el mismo nombre; el delincuente tiene
contactos en ambos países y se corre el riesgo que si las autoridades de ambos
países no se coordinan, nunca se darán cuenta que investigan a la misma
persona.
Por eso, la red transregional de intercambio de información
por parte de autoridades debe ser efectiva. Las rutas marítimas y aéreas se
extienden grandes distancias, empleando diferentes métodos logísticos para
sobrevivencia; utilizan la vía terrestre, cruzando fronteras en ingeniosos métodos
para ocultar el ilícito; pero además, tienen personas especializadas en las
agencias de funcionarios públicos, expertos en ingeniería, electrónica,
marítima, economistas, expertos en sistemas bancarios y hasta expertos que
conocen de cerca las entidades de seguridad. Esta complejidad le da un carácter
ya no sólo transnacional sino transregional, y este incremento lo nivel, lo
lograron gracias a que funcionan en red.
Las redes criminales aprovechan otras condiciones de los
sistemas en los países, como las facultades legales y competencias de las
instituciones y agencias. El militar trabaja la defensa, generalmente en la
frontera, las policías, ministerios públicos o entes de investigación, tienen
su propio campo de competencia. Usualmente uno no puede interferir en el otro.
Las aduanas corresponde a una entidad y el contrabando a
otro. De manera que la información está dispersa. La facultad de producir
inteligencia, facultad de detener a una persona; aspectos como estos varían en
funciones a través de los países del hemisferio.
Hoy hablamos del #crimenorganizado transnacional y el rol de los militares y policías en la #seguridadciudadana. https://t.co/tXpmJOCepu pic.twitter.com/mpTIexmP9H— The Perry Center (@CHDSonline) June 21, 2017
El respeto en el campo de las instituciones puede convertirse
en ventajas para las redes criminales, si no se toman acciones para llenar los
pequeños vacíos donde terminan las funciones de una y comienzan las de otra
entidad.
Las redes no respetan estas áreas vacías, las aprovechan. Por
ello la estrategia debe ser interinstitucional, o interagencial, para cubrir
todos los espacios; y ahora como lo planteamos en este seminario, coordinación
transregional para enfrentar la amenaza.
El enfoque transregional de la red criminal, hace aún más
complejo el problema. La habilidad de adaptarnos a estos cambios constituye la
teoría de los “problemas adaptativos complejos” que hemos aprendido en Centro
Perry.
Otro aspecto es que las redes criminales afectan el entorno
social. En Guatemala, en San Marcos, las personas subsisten de sembrar amapola;
esto trae consigo otros problemas de educación porque los niños ya no van a la
escuela por estar cultivando; los conflictos sociales y protestas contra las
autoridades, acomodan el ambiente ideal para que entren las redes a usar el
terreno para delinquir.
Las personas se vuelcan a trabajar para las redes criminales,
cuidan campos, pistas clandestinas, sirven de alerta si hay presencia policial
etc. De manera que las redes afectan todo el entorno.
En este entorno surge la discusión de las perspectivas de
cada país para determinar los roles para sus fuerzas armadas en relación con
las policías y otras instituciones.
¿Qué hemos hecho para enfrentar la amenaza considerando lo
anterior?
En Guatemala las fuerzas armadas toman parte en un total de
11 foros entre bilaterales y regionales. Grupos de alto nivel de diálogo en
materia de seguridad con México Honduras Salvador; tenemos el sistema de integración
centroamericana; comisiones binacionales con El Salvador; La red interamericana
internacional de información; programas de fortalecimiento fronterizo.
Con el comando Sur tenemos el Programa de entrenamiento de
policía y militar conjunto CTOC, coordinamos activamente en el marco de la
conferencia de seguridad centroamericana CENTSEC.
Segundo día Seminario Regional Centroamericano "Contrarrestando las Redes de Amenazas Transregionales-Transnacionales" en Antigua Guatemala. pic.twitter.com/o2K2R8ZDYZ— Ejército Guatemala (@Ejercito_GT) June 21, 2017
Hay otras capacitaciones y educación países del hemisferio
como: Canadá, EUA, México, Salvador, Honduras, República Dominicana, Nicaragua,
Panamá, Colombia, Brasil, Perú y Chile. Casi todo el hemisferio.
Por supuesto el ámbito de la conferencia de las fuerzas
armadas centroamericanas CFAC con operaciones militares coordinadas en las
fronteras, reuniones de los comandantes etc.
Nuestra estrategia militar está escrita en un plan que hemos
llamado “evolución” que demarca el actuar militar en cinco áreas de misión:
Un área de misión para las operaciones de rescate, ayuda
humanitaria, reducción de riesgos.
Un área de misión para la protección de infraestructura crítica
y contribuir al desarrollo. Actualmente hay una región del país, donde la
conflictividad social provocó que el gobierno decretara un Estado de Sitio, y
el papel del ejército ha sido principalmente, acciones de contribución al
desarrollo y control territorial. Todas las acciones son interinstitucionales.
Un área de misión para el apoyo a la política exterior y
operaciones de paz.
Un área de misión que se refiere el apoyo a la policía y
otras instituciones en la seguridad pública y ciudadana. El Estado de Guatemala
a través del Consejo Nacional de Seguridad, determinó que el 2017 se pusiera en
marcha el plan para la reducción gradual del apoyo militar a la policía.
Este plan surge desde 2015 con un cronograma y en 2016 se
conformó una comisión interministerial que evaluó durante casi un año, la
elaboración del plan.
El plan tiene tres fases, que se ejecutaron desde el 6 de
enero de 2017. En la primera se concentraron los 4000 elementos de seguridad
ciudadana en 30 municipios que designó la policía en base a los índices de
criminalidad; la segunda fase en abril pasado, en que 2000 hombres se
destinaron a 11 municipios y el resto a funciones de defensa en la frontera.
La tercera fase está programada para diciembre de 2017 en
donde la policía proporcionará la seguridad ciudadana y el ejército cumplirá
misiones de defensa en las zonas de frontera y a pedido acciones en el campo de
la seguridad pública según lo requieran otras instituciones. Contra el
contrabando, protección de la biósfera maya, sistema penitenciario, contra
narcotráfico, trasiego de armas y otros ilícitos.
El área de misión de la Defensa e integridad del territorio
se ha visto fortalecida por el incremento de capacidades gracias al personal
que deja la seguridad ciudadana y está siendo desplegado a las zonas de
frontera. Pero lo más valioso es el grado de coordinación interinstitucional
que hemos logrado, en un clima de trabajo de total respeto en las funciones, el
orden jurídico y aliviando muy bien cuestiones como la cadena de mando. La
coordinación ha sido efectiva, y hemos tomado el sistema de cadena de mando y
responsabilidad similar a la Fuerza de tarea interagencial sur, aunque de
momento no lo hemos establecido formalmente.
Pero una o dos veces por semana, el jefe de estado mayor,
acompañado de sus comandantes y directores, se reúne con funcionarios
policiales, del Ministerio de Gobernación, de entidades de rescate, que ven la
migración y la lucha contra el contrabando.
El primer ejercicio fueron las fuerzas de tarea
interinstitucionales, creadas con el apoyo de EUA, en equipo, entrenamiento e
instalaciones y operan bajo el control operacional del Ministerio de
Gobernación desde instalaciones militares. Hemos superado los desafíos y
estamos coordinando cada vez mejor. Esto dará importantes resultados la la
lucha contra las redes de amenaza transnacional y transregional.
Y prueba de ello, en este día tenemos operaciones coordinadas
con El Salvador y Honduras, totalmente interinstitucionales, en la zona de
frontera oriente. Le hemos llamado operación “fortaleza” y tenemos planes de
extenderlo a la frontera con México, para lo cual se han realizado ya alguanas
reuniones.
Nuestra fuerza especial naval ha dado la mayor parte de los
buenos resultados en el mar. También recientemente se instalaron radares
primarios y secundarios que ya han empezado a dar resultados. Pudieron ver en
la gráfica que los ilícitos por vía aérea son menores que en el mar. Gracias a
la donación del gobierno de Canadá, se instalará un sistema de gestión de
teatro, con tecnología avanzada.
Todo este esfuerzo al ser compartido y coordinado en la
región, es coherente con el tema de este seminario. Las redes internacionales
del crimen organizado se trasladaron al ámbito transregional y nosotros así
estamos enfocando nuestra estrategia.
Pero tenemos al frente importantes desafíos.
El primer desafío es mejorar la capacidad de operar
Interinstitucionalmente, transnacionalmente con países vecinos, y a la vez,
transregionalmente con países más distantes y en el mar.
Hacer que la información fluya, hacer ágil el intercambio de
inteligencia, intercambio de métodos y adiestramiento para interceptar los
métodos de las redes criminales que fluctúan de lo legal a lo ilegal, haciendo
parecer legítima una actividad pero que realmente esconde o contribuye a un
ilícito.
Debemos mejorar nuestra capacidad de certificar a nuestro
personal para combatir el crimen, y finalmente, dar a conocer a los ciudadanos
que la transparencia es un factor común al administrar el recurso financiero
para adquirir capacidades.
Finaliza Transcripción de la disertación.
4 de mayo de 2017
Guatemala: Avance militar en el tema "Mujer"
En 2016 el Ejército de Guatemala, inició un programa para que la #mujer militar guatemalteca comande unidades tácticas. Hoy es una realidad. En las fotos la Capitán Nineth Oliva, la primera Comandante de compañía de Fusileros en B Mariscal Zavala imparte instrucción a su unidad. pic.twitter.com/M23zxvjg6w— I Cifuentes (@iacb22) June 22, 2018
La mujer militar se abre espacio desde el momento en que la Jefatura del Estado Mayor del Ejército de Guatemala ha tomado la decisión de que ocupen cargos en lugares que tradicionalmente, hasta hoy, habían sido ocupados por personal militar masculino.
Desde el 1 de Mayo de 2017, cuatro mujeres militares guatemaltecas, oficiales con los rangos desde Subteniente a Teniente Coronel, fueron nombradas en puestos para ejercer comando en unidades militares de la Brigada de Fuerzas Especiales Kaibil, en Poptún, Petén; Brigada de Tropas Paracaidistas en puerto de San José, Escuintla; Unidad Humanitaria de Rescate y Ayuda Humanitaria, de la Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas UHR-CFAC; y la Jefatura de la Escuela de Armas y Servicios del Comando Superior de Educación del Ejército de Guatemala COSEDE.
En adelante, tendrán la oportunidad de competir y sobresalir, por igual, entre sus pares masculinos, en las áreas propias de las fuerzas especiales como: Aptitud y rendimiento físico y mental, destrezas militares como el tiro con armas de diverso calibre, desempeño profesional, conducta y la aplicación de los principios y valores militares; sin más consideración que, las que por su naturaleza de mujer, en su momento, les corresponda.
Es comprensible el revuelo que se puede producir en la cultura organizacional tradicional de algunos de los integrantes de las fuerzas especiales del Ejército de Guatemala, pero el desafío institucional que se viene, es coherente con el desarrollo de ejércitos de países de la región.
Fuerzas armadas como las de México, Honduras y El Salvador, tienen ya incluida a la mujer como oficiales, suboficiales y soldados en las diferentes armas de combate y apoyo de servicios de combate; con el nombramiento de estas oficiales, el Ejército de Guatemala inicia el camino en una planificación de mediano y largo plazo, hacia la inclusión de la mujer en concordancia con las fuerzas armadas de países vecinos.
El reto no es sólo para ellas, sino para todo soldado aguerrido, entrenado y con un corazón lleno de Mística y Espíritu militar, que desde ahora, experimentará el poder cumplir su misión, al lado o bajo el mando de una mujer con sus mismas capacidades, conocimiento, experiencia, destreza y alto espíritu militar.
En las fotos a continuación, la Tte Coronel de Sanidad Militar Luz Arlene Chinchilla Mena, recibe el comando de la Unidad Humanitaria de Rescate UHR.
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En Este video se puede observar a la Teniente de Transmisiones Militares Jenniffer Karla Betsita Barrientos Borrayo, quien recientemente fue nombrada en la Brigada de fuerzas especiales "Kaibil", en el momento en que efectúa un salto táctico en paracaídas portando su equipo de combate y armamento orgánico. En el ejercicio militar, del pasado 25 de mayo de 2017, realizado en Poptún, Petén, la teniente Barrientos se desempeñó como líder de un grupo especial que realiza una infiltración aerotransportada. La Teniente es la segunda en salir de la aeronave.
El siguiente video también ofrece una visión de la vida profesional y familiar de ambas oficiales.
19 de marzo de 2017
La arraigada idea en la cultura guatemalteca que el militar es la solución para todo
La arraigada idea en
la cultura guatemalteca que el militar es la solución para todo. Idea que
persiste en civiles por tradición y en militares por formación. Prensa Libre hace la reseña en esta fecha de los treinta y cinco años del último golpe de Estado.
Tal y como se lee, los militares vieron una problemática y decidieron
resolverla, no cabe duda que con la complicidad de civiles.
No se cuestiona aquí
el hecho, cuyas consecuencias pudieron ser hasta hoy positivas o negativas
según la perspectiva con que se quiera ver. El análisis es la arraigada idea en
la cultura guatemalteca que el militar es la solución para todo, ya sea
heroísmo desde lo interno de sus filas o manipulado desde afuera (civiles de élite).
Luego de aquel hecho,
hubo dos intentos de golpe de Estado (de nuevo por militares), uno en 1988 y otro en 1989. Y esque no a todos los militares parecía bien que el ejército, comenzaba
a sujetarse al orden constitucional y Estado de Derecho vigentes, e intentaba
retomar los roles que realmente le corresponden – y honestamente porque íbamos hacia
la paz –.
En 1993, de nuevo,
civiles y militares deciden poner coto a eventos políticos por medio de eventos
políticos. Se conoció al final como “el serranazo”.
Se enfila la recta
final hacia la paz. Los medios repudian lo militar y los mismos medios
presentan encuestas de popularidad donde elogian lo militar. Luego de alrededor
de dieciocho años de presión y crítica internacional hacia lo militar se llega
a la firma de la paz en 1996.
Acuerdos de paz y
opinión en los medios, celebraban el retiro de los militares a sus cuarteles/roles. Sin
embargo el mismo gobierno que firma la paz, llama de nuevo a los militares hacia finales de 1997 para iniciar el apoyo a la policía.
Por su parte en 1998,
el ejército funda el Comando de Educación y Doctrina CEDOC, que buscaba dar ese
giro a la doctrina contrainsurgente, exigida por los acuerdos de paz y diferentes
sectores de la sociedad.
Pero en 2000, un
decreto del Congreso de la República
ordena el apoyo militar a la policía. La ola de críticas desde el congreso de
Estados Unidos de América EUA se recoge en los medios escritos de la época. Se
remarcan las sanciones de ayuda militar por aquel país y la crítica anti militar
aflora en las columnas de opinión.
En 2003, el ejército
lanza su nueva doctrina. Se reformó el entrenamiento y la educación. A nadie
interesó. Las críticas continuaron.
En 2004 un recién electo
presidente – a ocho años de la firma de la paz – decide reducir al ejército con
los consiguientes efectos, que pueden recogerse en múltiples referencias Por ejemplo, de 2008 a 2010 hubo
necesidad de decretar estados de excepción en base a la ley de orden público
para contener el crimen organizado.
Dos años después de
esta reducción, en 2006, ese mismo gobierno decide emplear al ejército en apoyo
– ¿otra vez? – a la policía. Se crean los Escuadrones del Cuerpo Especial de Reserva para la Seguridad Ciudadana CERSC. Nuevamente aumenta el número de efectivo
militar y se formaliza que también participen en el sistema penitenciario.
Ni la policía ni el
ejército tienen un respaldo legal en el ejercicio de su función, como
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, si en caso hacen uso de su
arma de fuego para defender la vida de otros ciudadanos o su propia vida.
El CERSC desde su
creación, empieza a ser empleado en apoyo de la policía para la seguridad
ciudadana pero también para asuntos de conflictividad social, que por cierto no
se arreglan con uso de la fuerza sino con presencia del Estado, fuentes de
empleo, educación y acceso a salud – por decir algunos – pero la urgencia/presión
del “orden público” obligó a optar por
la solución más rápida: Represión legal (desalojos, erradicación de cultivos
ilícitos de la población etc.) con apoyo de militares.
Pero entonces surge una luz al final del túnel. Y fue que, paralelo a los
esfuerzos de lucha contra el crimen organizado (2008 a 2011), el alto mando tuvo disposición a encaminar los procesos de transformación y modernización militar –
anunciados desde la reducción de 2004 –. También se aclaró que lo militar no tenía
ninguna intromisión ni influencia sobre los procesos de investigación sobre
violaciones de derechos humanos. Esto hizo que EUA – único interesado en donar medios para modernización militar – analizara la transformación militar en doctrina, cambios en mentalidad militar, respeto de la ley y de los
derechos humanos, y decide, iniciar una seria intención de reanudar el apoyo
restringido desde 1978, mediante el cumplimiento de ciertas condiciones.
Estas condiciones se
pueden resumir en cumplir la ley. Pero ampliando un poco más: dar muestras claras
de transparencia. Así que, alrededor de 2011, EUA ofrece el proyecto DIRI “Defense Institution Reform Initiative”, una iniciativa para Centroamérica que busca
reformar las instituciones de defensa.
El Plan era: Si el ejército cumple
la ley, acata disposiciones del organismo judicial, deja de participar en
seguridad ciudadana y administra los fondos públicos de manera transparente,
entonces EUA cooperará para la modernización de medios militares para que sean
empleados en su función constitucional.
De esta manera, desde
aquel año 2011, se sentaron las bases para establecer lo que hoy (2017) es el
sistema de planificación y gestión de la defensa SIPLAGDE.
Esta muestra de
voluntad, por parte de la “mentalidad militar”, permitió que en 2014, el
Departamento de Defensa de EUA, incluyera a Guatemala entre los países que
conforman un grupo bilateral de trabajo. Es decir, Guatemala es de los cinco países del hemisferio con los que el Departamento de Defensa de EUA, tiene
pláticas directas con el Ministerio de la Defensa.
La actitud militar durante la crisis política de 2015 de mantenerse al margen, la no intervención
en asuntos del organismo judicial, el entrenamiento en derechos humanos, el
SIPLAGDE, y el inicio del plan para salir de funciones de seguridad ciudadana,
han permitido avances en modernización militar y profesionalización de
oficiales y tropa, acrecentándose más aún durante 2016, por medio de donaciones de
diverso tipo – estos proyectos sin la ayuda de EUA, hubieran sido posibles sólo por medio de la asignación
de presupuesto específico para la defensa, cosa que está lejos de ocurrir –.
Y aquí se retoma la
idea planteada en el título de este artículo. La mayoría piensa que el ejército
es la solución, pero no se le asignan los insumos presupuestarios. La policía
ha declarado públicamente y promovido el plan correspondiente que da cuenta,
que se encuentra en total capacidad para enero de 2018 de asumir sus funciones
policiales sin apoyo militar.
Hoy por hoy, los
fiscales del Ministerio Público MP, piden apoyo militar en diligencias; los
alcaldes y gobernadores piden seguridad militar y no a la policía; subdirectores
de departamentos de comunas, de museos, de asociaciones deportivas, de centros
educativos, el sistema penitenciario, comités de vecinos, representantes de
comunidades, SAT contra el contrabando, entidades ambientales; todos piden apoyo de seguridad directamente al estamento militar. ¿Soldados
alrededor de centros para reorientación de niños como el hogar seguro Virgen de
la Asunción? Incluso jueces han ordenado participar en estos centros, desalojos
y otras diligencias.
Y el militar,
acostumbrado por formación y su honor a no decir “No”, cumple con cada
requerimiento con el mismo presupuesto, produciendo serias carencias a los
comandantes para poder cumplir con la misión y sin el respaldo legal para los
soldados si hacen uso de su arma de fuego (ver caso Alaska 2012). La misión para el ejército se extiende y adapta a conveniencia en base a la interpretación del texto constitucional.
La realidad es que
Guatemala necesita un ejército que sea preponderante en el mar y el aire. Una
flota adecuada en ambos mares que permita seguimiento e interceptación. Una
fuerza aérea capaz de detectar e interceptar vuelos ilícitos en el espacio aéreo nacional. Estos
medios aéreos y navales se emplean para detener el flujo del crimen organizado transnacional, que
a su vez, es el que produce el crimen común en tierra (interior del territorio)
fomentando entre otros, las pandillas.
En tierra se necesitan
fuerzas militares con movilidad y
comunicaciones, pero únicamente, para interactuar en la frontera con las
fuerzas armadas de países vecinos y proveer información inteligencia a la
policía, que es la única facultada para combatir el crimen organizado en
tierra, incluso en la zona de frontera.
Sin embargo, al final,
las decisiones favorecen a lo urgente y no a lo importante. El militar que vaya a las calles, que vaya a los centros de detención penales y de niños, a los
mercados, a proteger propiedad privada, apoyo al ministerio de comunicaciones,
apoyo al ministerio de educación, a eventos deportivos, a las ferias, a las
erradicaciones de amapola para “que enfrente” ciudadanos que defienden cultivos
ilícitos, pero que para ellos representan su sustento diario ante la ausencia
del Estado.
Por años el Estado fue
permisivo con ciudadanos para que resuelvan sus diferencias limítrofes haciendo
uso de sus armas de fuego, quien sabe si legalmente registradas; también por
años un Estado permisivo para que ciudadanos se provean seguridad a sí mismos “encapuchados”,
haciendo justicia por su propia mano, cometiendo ilícitos en este fin.
¿Cuál es la solución?: “Envíen
al ejército”. – Esque al ejército lo respetan – y muchas otras razones como
piensan ciudadanos de todos los estratos sociales. A continuación imagen de Nuestro Diario del
19 de marzo de 2017.
Pero la verdad es que
el ejército, como cualquier otra fuerza armada, está entrenado y tiene una
doctrina de defensa nacional. No sólo en defensa de la soberanía frente a otro
Estado sino convenientemente adecuada ahora contra el crimen organizado. De
manera que el objetivo militar por excelencia en un campo de batalla, para
cualquier fuerza armada es: El terreno.
Un soldado está
entrenado para “capturar terreno”, avanzar mediante el fuego y la maniobra,
moviéndose como parte de un equipo de combate o gran unidad táctica, en el
marco del Derecho de la Guerra (Derecho Internacional Humanitario), que prohíbe
atacar víctimas inocentes que no participan en una guerra.
En el marco del
Derecho de la Guerra, la muerte del ejército enemigo es aceptable; pero en el marco del
Derecho de los Derechos Humanos (tiempo de paz), ninguna muerte es admisible.
Un soldado defendiendo a su patria se lanza al ataque aún a costa de su propia
vida; en el apoyo a la policía se debe proteger la vida de todos los civiles y
autoridades -- incluso de los delincuentes --, y ésta precisamente es la especialidad policial.
Es por la diferencia de
naturaleza y función institucional, de
formación de sus oficiales, por tipo de entrenamiento, que un militar no
debe participar en funciones policiales. Los militares actúan en equipo, los
policías están entrenados para actuar individualmente. Por eso a los militares
los capturan “en equipo” cuando de supuestas violaciones a derechos humanos se
trata.
Conclusiones:
Busca esta reflexión,
entender, por qué hoy día es necesario el fortalecimiento de cada institución
de seguridad, y que cada una cumpla el rol que le compete. Ya no debiera ser una solución, que el militar cumpla o refuerce a las otras instituciones o
ministerios. Los militares tienen bastante que hacer, con el presupuesto
actual, en el campo constitucional que les compete.
La cooperación interinstitucional debe ser un medio, de preferencia temporal, y no un fin.
El respaldo legal del
Estado para sus funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, civiles o
militares, es la mínima muestra de responsabilidad, para que este Estado logre una conjugación
armoniosa del empleo de medios para el
logro de objetivos nacionales, y el factor humanos intangible de la voluntad en el servicio y la abnegación para
cumplir con su deber.
El impulso estratégico
de la nación, en la dirección que busca el Estado se refleja en su presupuesto;
planificado por el poder Ejecutivo y refrendado con la voluntad de su poder
Legislativo. Cualquier objetivo fuera o disminuido en su cantidad presupuestada, no
es prioridad.
A partir de una decisión política de este tipo, las donaciones internacionales a cambio de transparencia deberían ser bienvenidas y no señaladas como intromisión extranjera.
A partir de una decisión política de este tipo, las donaciones internacionales a cambio de transparencia deberían ser bienvenidas y no señaladas como intromisión extranjera.
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