23 de febrero de 2008

Vacío de Poder


El editorial del diario Elperiódico de hoy, habla sobre el vacío de Poder. Esto a raíz de la retención y posterior liberación de 29 integrantes de la Policía Nacional Civil por unos 1,500 campesinos de comunidades circunvecinas del municipio de Livingstone, Izabal. Igual lo describe el Diario Siglo XXI

Se suman los disturbios en Sololá esta semana, en que un grupo de personas – también en protesta por la captura de unos pobladores acusados de secuestro –degeneró en agresiones violentas contra la Policía Nacional Civil.

Gabriel Aguilera también en su columna de hoy, menciona los hechos que se han venido dando en San Juan Sacatepequez, donde se dio el impresionante extremo en que un grupo de “vigilantes” impuso un toque de queda con pena de muerte.

Los comentarios y opiniones de los medios retan a: recuperar la autoridad, convencer a los pobladores de no cometer actos ilícitos, reparar el deterioro del sistema nacional de seguridad, recuperar el control… etc., entre otras exhortaciones.

Al menos el periódico hace mención de un “repliegue de fuerzas de seguridad” durante el gobierno pasado – aunque no fue repliegue sino reducción, y no de las fuerzas de seguridad civil sino del ejército; la PNC por el contrario ha aumentado sus efectivos –.

El vacío de poder se produce porque se pierde la facultad, la jurisdicción, la capacidad de ejecución y de hacer observar la ley – que es en sí el “poder ejecutivo”. Específicamente en los casos mencionados.
Afortunadamente la crisis de la aldea la Lámpara en Livingstone va camino a la solución. Pero el hecho marca un precedente importante para futuras reacciones de la población. Si estos hechos continúan, es muy probable que el “poder ejecutivo” recupere el control pero a qué costo y en cuánto tiempo.
¿Qué consideraciones se pueden hacer, qué acciones tomar, cómo analizar la problemática, cómo predecir, cómo garantizar? Respuestas es lo que se está buscando.

Uno de los medios de comunicación propone: controlen la violencia y así la gente no tomará la justicia por su propia mano. Correcto, pero el caso de la aldea la Lámpara fue una acción porque habían capturado a un poblador, a quien ellos consideran inocente.

Esto es un fenómeno social: la población apoyando y encubriendo actores ilegales, que les proveen los servicios donde el gobierno no se los provee; y por supuesto si alguien es capturado salen en su defensa. Existen otros casos donde la población protege directa o indirectamente a los narcotraficantes.


El poder no se puede ejercer hoy – para llenar ese vacío – en su definición y aplicación dentro del marco de lo que fue la guerra fría, donde a base de terror se ejercía el poder. También es difícil una aplicación del poder desde su acepción geopolítica. Se trata entonces de mantener la facultad de hacer observar la ley, dentro del marco del respeto a los derechos humanos.

Analizando en la búsqueda de respuestas se pueden hacer las siguientes consideraciones:

La personas que cometen estos actos razonan: …”ellos (las fuerzas de seguridad) tienen que respetar nuestros derechos, no nos pueden agredir, no pueden dispararnos… así que tomemos las instalaciones y obliguémoslos a que hagan lo que decimos nosotros… “

Analicemos las opciones del oficial de policía a cargo ese día:

Si hace valer su autoridad y no permite ser conducido con su personal, posiblemente hubieran muerto personas y estaría sujeto a tribunales. Así que optó por ceder a la presión de sus agresores y fue retenido y conducido con sus hombres. No hubo muertes, hay diálogo, posiblemente haya que ceder y liberar al capturado que originó todo, pero el sistema de gobierno queda debilitado.

Si se hace respetar, malo; si se deja secuestrar y desarmar también malo.

El problema es sumamente complejo ¿Cuál va a ser el impacto si esto le llega a pasar a una unidad militar? Ya hubo un caso y se dio el lamentable caso de Xamán en 1995. La patrulla militar decidió hacer valer su autoridad y hoy guardan prisión porque murieron personas civiles (agresores por cierto).

Las poblaciones, por su escasa educación, situación económica, crisis de inseguridad, intereses y falta de conciencia ciudadana (civismo) hacia el respeto de la ley y la cohabitación civilizada y respetuosa entre compatriotas, se está dando cuenta que en “masa” puede hacer su voluntad absoluta sin que haya consecuencias lamentables para los instigadores.

Turquía por ejemplo, los pobladores de Anatolia, se rebelaron contra sus autoridades, llegando al enfrentamiento armado, porque quieren ser independientes. En este caso la política del gobierno ha sido no permitir el vacío de poder pero van alrededor de 40,000 muertos desde 1984.


Kosobo recién declaró su independencia de Serbia y la situación está tensa en ese lugar; hay muchos intereses de todo tipo de por medio. El punto es que los conglomerados de personas tienden a revelarse contra las autoridades legales.

Así como el problema es complejo, igual algunas de las soluciones. Hay que partir por definir si se va a emplear la fuerza militar, no se va a emplear o, si continuará solamente en apoyo de la policía nacional civil.

El artículo 244 de la Constitución Política de la República de Guatemala indica: “el ejército de Guatemala es una institución… destinada a mantener… la seguridad interna y externa”. Sin embargo para el Coronel y Licenciado Mario Ardón Aguilar la función de seguridad interna se refiere exclusivamente a casos de: revolución (cambio violento de instituciones políticas, económicas o sociales de una nación), rebelión (delito contra el orden público, levantamiento público contra el poder del estado) y sedición (alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar, sin llegar a rebelión).


De tal manera, que para llenar el vacío de poder se debe actuar en dos direcciones, paralelas y complementarias una de la otra: Las Fuerzas y la producción de Inteligencia.

En lo que se refiere a las Fuerzas:
El dispositivo (ubicación) para que las autoridades tengan acceso rápido y efectivo a cualquier área para la defensa nacional o mantenimiento del orden público.

La composición (características y tipos de unidades con que cuente la fuerza pública o militar) adecuada para enfrentar las amenazas emergentes o violaciones a la soberanía. Incluye equipamiento, movilidad, comunicaciones.


La Fuerza (cantidad de efectivos). Incrementar la fuerza implica recursos humanos, materiales, tecnológicos y financieros.

Paralelo a esto debe desarrollar un efectivo sistema de inteligencia nacional (ya hay iniciativas para ello). Se necesita crear una red de agencias de información, que abarque todas las áreas geográficas y que proporcione información para la generación de inteligencia. Por ejemplo, por la información suministrada de la agencia A, y en base al análisis psicosocial respectivo, se prevé que en la región X existe la posibilidad de que la población lleve a cabo algún acto de sedición por el motivo Y.

Acción estratégica: concentración de unidades de seguridad pública en lugar más próximo. Entonces el gobierno ejercerá el “poder ejecutivo” para mantener el orden público.

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