12 de junio de 2020

Dilemas a los que se expone un militar de alta jerarquía



El General Mark Milley, Jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas de los Estados Unidos declaró al “Army Times” que reconoce fue inconveniente aparecer en escenas acompañando al presidente durante la caminata por el parque Lafayette hacia la capilla "St John" el 1 de junio de 2020 en el marco de las protestas por el asesinato del ciudadano estadounidense George Floyd.

El General Milley en su declaración indicó que lo expuso para experiencia de futuros generales. "Todo lo que un superior hace, siempre será observado de cerca" dijo Milley. Exhorta en sus palabras a tomar decisiones con sentido común y tomar conciencia de la situación. Consideró que puso en riesgo ante la opinión pública el hecho de que asuntos militares se estén mezclando con asuntos políticos del Estado.

Sigo teniendo una gran admiración y respeto por el General Milley y cuánto más por este digno ejemplo que nos da. Se ubicó en una situación muy difícil para su carrera si se considera que días antes el Secretario de Defensa Mark Esper, manifestó también públicamente su desacuerdo con el presidente por la decisión de emplear a las fuerzas armadas para controlar los disturbios, actitud igual muy valiente por marcar su posición.

Conocí al General Milley durante el año 2015 cuando me desempeñé como agregado militar, aéreo, naval y de defensa a la embajada de Guatemala en los Estados Unidos de América. Asistí a varias reuniones de trabajo en el pentágono junto con todos los agregados militares de América Latina y también tuve la oportunidad de visitarlo en su residencia oficial como parte de las actividades protocolarias que el Estado Mayor Conjunto realiza con los militares agregados de defensa, aéreos y navales.

El general Milley tiene una personalidad recia. Denota disciplina, inspira respeto en su forma de hablar. Recuerdo su contundencia en la forma de transmitir normas para lograr cooperación en las relaciones diplomático-militares. Hasta en su manera de reír es prudente y guarda el recato de su investidura.

Comandó divisiones de ejército y operaciones de combate históricas en Egipto, Panamá, Haití, Bosnia-Herzegovina, Iraq, Afganistán, Somalia y Colombia. Es licenciado en ciencia política por la universidad de Princeton y tiene una maestría en relaciones internacionales en la universidad de Columbia así como una maestría en seguridad nacional del Colegio de Guerra de los Estados Unidos y otros estudios estratégicos.

Con la responsabilidad de una trayectoria tan honrosa, seguro ha sido muy difícil para el General Milley ofrecer una declaración pública de tal envergadura. Pero según el artículo lo hizo por sus subalternos y esto es un gran ejemplo de liderazgo coherente con su trayectoria. Prefirió aclarar a la sociedad y sus subalternos antes de que lo relacionaran con política. Lamentablemente le fue imposible evitar la caminata con el presidente. Posiblemente por la tensión del momento y la obvia y silenciosa presión del deseo del presidente de la nación.

El ejemplo del General Milley me inspira. Recuerdo el momento político en Guatemala el 31 de agosto de 2018 cuando el presidente Jimmy Morales anunció su decisión de no renovar más el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala CICIG, una decisión con claros fines de lograr impunidad para sectores corruptos y/de poder. Para ello, con ánimo quizá de mostrar que tenía la fuerza del Estado de su lado se hizo acompañar de comandantes militares, jefes policiales y ministros.

Ese día hubo una reunión previa de los comandantes militares de todo el país donde el Ministro de la Defensa, general Ralda Moreno comunicó la decisión del presidente que los comandantes le acompañaran en la conferencia de prensa. Nueve Generales opinaron. Sólo yo opiné sobre la inconveniencia y el impacto negativo que me parecía iba a causar tal acción dado el carácter apolítico del ejército.

Dos generales tomaron la palabra para increparme (yo era el único coronel entre los comandantes) por mi atrevimiento y falta de apoyo al presidente; uno de ellos hasta recriminó mi manera de pensar insinuando -- pues no se atrevió a decirlo claramente -- que mi ideología ya no era de derecha; como si pensar o tener ideas democráticas orientadas a la justicia social e igualdad (preceptos constitucionales) y el prestigio del ejército fuera una traición. Además, mi postura de que el hecho de que militares aparecieran en la conferencia de prensa apoyando el cese de funciones de la CICG dañaría el prestigio del ejército, estaba fundamentada en la guía de conducción del Ministerio de la Defensa que alentaba al pensamiento crítico. Era en una reunión donde el ministro pidió opinión y asesoría, mis criterios fueron recomendados directamente a él en presencia de otros comandantes. Fue hecha en tono adecuado por la jerarquía y no a escondidas (lo que si hubiera constituido delito militar de murmuración).

Tomé la palabra por segunda vez para aclarar a los superiores allí presentes que la mía era una opinión que había sido requerida y que nunca faltaría a mi carácter profesional de cumplir una orden dada.

Recuerdo que el ministro calmó las voces que se escuchaban comentando el momento y dio la opción de que aquel que no estuviera de acuerdo que no abordara el bus hacia casa presidencial. La reunión terminó y se ordenó abordar el transporte. Un General se me acercó para, en "buena fe" según él, mostrarme mi error y me dijo algo así: Nunca opine de primero... espere, escuche las otras opiniones y apoye la que le agrade más al ministro. Vaya valores militares pensé, me formé una idea de cómo aquel militar que me aconsejaba habría llegado a General.

Aquí es donde comprendo al General Milley: Tenia que tomar una decisión y tenía menos de cinco minutos para hacerlo. Sabía que el ministro conocía mi forma de pensar. Ya le había asesorado en otros temas. En una de esas reuniones anteriores hice mofa con el Vice Ministro Méndez de por qué me llamaban si no les parecía mis opiniones, "eso no es asunto tuyo, sos el único que está siempre en contra del presidente" contestó. 

Pero mi reflexión era que, habiendo Generales en la zona central del país, para qué llamaban a un coronel asignado al norte en las brigadas más lejanas. Así como Milley decidió acompañar al presidente en la caminata yo tomé la decisión de cumplir lo ordenado e ir con el grupo y acompañar al presidente en su conferencia de prensa. No haber ido pudo (tal vez) haber significado el fin de mi carrera. Nunca lo sabré. Son momentos en que hay que decidir. Dilemas a los que se enfrenta un militar apolítico pero con sus ideas claras y definidas con base a la constitución.

Cuando subí al bus -- de último a causa de mi tardanza para decidir -- me recibió un ambiente helado. Un mi compañero de promoción vio mi cara, no se qué imaginó pero me dijo que me sentara con él, -- tranquilo -- me dijo. Al llegar a casa presidencial esperamos unos momentos más en una sala de reuniones. Allí había funcionarios civiles y los jefes de comisarías de la policía, creo que de todo el país. Entró el presidente y fue breve y directo: Me dicen que algunos no están de acuerdo, quien así piense dígamelo y si no, las puertas están abiertas. Nunca supe si alguien previno al presidente de lo ocurrido en la reunión de comandantes. Lo cierto es que no iba a volver a evidenciar postura delante funcionarios y comisarios policiales. Ya lo había hecho oportunamente ante los que tenían años de conocerme. Así ocurrió y lamentablemente aparezco en esas fotos que a la fecha siguen circulando, usadas como evidencia de injerencia militar en asuntos políticos. En todo momento durante esa hora busqué sin éxito evadir las cámaras. A la fecha siento vergüenza de figurar en las fotos de la conferencia de prensa de ese día.

Pero el General Milley llegó mas lejos, arriesgando su carrera pero aclarando a sus subordinados, pues hizo una declaración pública en su calidad de alto funcionario. 

No se trata en ambos casos de una postura política de un militar ante una orden directa. Es el presidente quien toma este tipo de decisiones políticas. Pero esas decisiones laceran la imagen de las fuerzas armadas si se les involucra pues los diferentes grupos aprovechan a denunciar que hay intromisión militar en la política. La conferencia de prensa de ambos presidentes, con la intención que fuera, debió ser hecha sin mostrar militares tras de sí.

Así que, General Milley: por experiencia opino que su honor militar está a salvo pese a la caminata. Es usted un ejemplo para todo militar. Ha demostrado usted respeto por sus subordinados.



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Declaración del Secretario de Defensa Mark Esper en torno al uso del ejército para contener disturbios.

4 comentarios:

  1. Los Generales tienen en sus hombros muchas decisiones Guatemala es uno de los pocos países que el Ministro de la Defensa esta en Servicio Activo y es llamado a formar parte de Gabinete Político al igual que sus viceministros y ahí esta el valor de poder tomar las mejores decisiones que solo la historia podrá juzgar y para eso tendrán que pasar muchos años y estemos fuera de los estigmas de los bandos, es fácil tomar una posición cuando nos identificamos con un ideal, un amigo Kaibil me dijo un dia "el problema es que lo ideal no existe"

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  2. Más sobre Milley:

    Por Robert Burns and Lolita C. Baldor, The Associated Press


    Los generales son conocidos por sus egos, y Milley no es una excepción. Es contundente, dado a los ataques de mal genio pero rápido con una risa y una aguda réplica.

    La voluntad de Milley de admitir que erró refleja un compromiso personal con un principio profundamente arraigado en la tradición militar estadounidense: que los miembros de las fuerzas armadas son apolíticos, han jurado defender la Constitución, no un presidente. Se supone que los civiles controlan a los militares, pero no para beneficio político personal.

    https://www.militarytimes.com/news/your-military/2020/06/12/the-walk-thrust-joint-chiefs-chairman-gen-milley-reluctantly-into-spotlight/

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  3. En la lógica mafiosa tenés que mamonear y proteger a tu jefe, siempre, aunque sea delincuente, porque el hueso está antes que la dignidad.

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