Liderazgo que influencia para bien ¿hay alguno que influencie para mal?
El Doctor Mario R. Morales publicó un
artículo en remembranza de un militante revolucionario que al analizarlo desde
el punto de vista del liderazgo pueden rescatarse virtudes loables. Este es un
comentario con relación a dicho artículo. Leer aquí.
Es un hecho que sin considerar las
motivaciones o tipo de fines en una organización o grupo, el liderazgo efectivo
se basa en las virtudes. Los comandantes tienen en su mano el poder influir e
influenciar a sus subordinados según la causa por la que luchan.
Las cualidades personales de líder que
describe el Dr Morales en su artículo serían la satisfacción más grande para
cualquier líder.
Las cualidades de líder descritas en el
artículo son:
Hombre
íntegro.
Que
ejerce su liderazgo mediante el ejemplo y no con autoritarismo antojadizo
Que
no envía a nadie a hacer nada si antes no lo ha hecho él mismo
Pide
que lo sigan y no que nadie vaya delante de él.
Noble,
honesto, valiente, lúcido, prudente y firmemente solidario.
Entrega
incondicional a la causa
Disposición
absoluta al sacrificio
Ausencia
total de intereses personales
Honda
mística de trabajo y ejemplo combativo.
Volcado
a las causas de las mayorías.
Desprendimiento
de las cosas materiales. Actúa sin esperar nada a cambio.
Manejo
transparente de los recursos económicos.
¿Qué genuino comandante no quisiera ser así
recordado por sus subordinados?
Con 15 años de edad en 1983, también me
sentí inspirado por líderes militares que consideré eran así. Por eso abracé la
carrera militar y anhelé llegar a seguir su ejemplo.
También creo comprender por qué el Dr. Morales
plantea que la moral en su acepción del liderazgo militar/revolucionario parece
estar desactivada por la "posmodernidad" en la "conciencia de
las juventudes" de 2020.
Creo que no sólo por ser otros tiempos
sino porque -- como afirma el autor -- algunos dejaron de aplicar los rasgos de
líder arriba descritos. Esto y no otra razón es lo que ha producido una
variación en la motivación de las juventudes actuales militares y civiles.
El Dr Morales critica una transformación
del espíritu revolucionario combativo de la guerrilla de 1983 en comparación a
los revolucionarios actuales, a quienes describe: Concentrados en
"individualismos relativistas" que exigen cambio por "causas
meramente culturalistas" organizados para victimizarse ante todos con
"brinco y trompetita, de jornal oenegero".
Esta dura crítica opino que se explica de
la siguiente manera: El individualismo relativista se refiere al fin impulsado
por un interés personal y demarcado por la circunstancia particular que el momento
le otorga al líder a su propia conveniencia. Su actuar es relativo. Culturista
se refiere a que actúa por inercia, porque alguien le dijo, o porque otro grupo
o en otro país se hace y no por convicción de ideales propios. La mayor audacia
estriba en victimarse alzando una voz entre el grupo, para no individualizar
su papel y hasta quizá por algún dinero. Fuera quedaron todas las virtudes por
las que hace remembranza en el artículo.
Buscando hacer una comparación de lo
ocurrido en el lado militar también ocurren paralelos con cierta o bastante
similitud. Los antiguos en retiro critican también ese efecto posmoderno en las
juventudes militares actuales por falta de moral, pero la realidad es que las
juventudes vieron ausentes los principios de liderazgo ya descritos y que automáticamente
se convirtieron casi en su totalidad en auténtico mal ejemplo.
El resultado fue mentalidades divididas en
dos grupos: El primero los que optan por seguir el mal ejemplo, que cuando no
llega a constituir delito, se queda en el hábito de la adulación para obtener
el favor para nombramiento, ascenso o remuneración. Incapaces de asesorar y
hacer ver con franqueza y conforme a la ley militar lo que se piensa; un temor
profundo de expresar un “no conviene” con su argumentación correspondiente. El
segundo grupo en cambio decide con dignidad aplicar los principios originales como
el caso de la remembranza del artículo, así cueste el desaliento de no lograr el
nombramiento o el ascenso anhelado.
El mal ejemplo del primer grupo mal formó
a unos y desencantó a otros subordinados más dispuestos, más apegados a sus
valores. Por eso es que pareciera ser que los militares que rescatan los
valores originales del liderazgo migraron en su manera de pensar o que su moral
militar cambió, pero no es más que la búsqueda de una adaptación honesta, legal
y legítima de su actuar en el anidamiento original de sus ideales.
El problema es que los subordinados que
observan les llega su tiempo de convertirse en superiores y toca elegir una
manera de proceder. Se puede volver un circulo viciosos que socava los valores
institucionales o se pude mantener la mística original y fortalecer aún más la
institucionalidad de la organización.
Dura calificación en el artículo de Italo Antoniotti pero tiene algo (si no bastante) de cierto.
ResponderBorrarDescribe desde las entrañas, la antítesis de las virtudes de un líder. Dejo aquí el enlace para lectura y algunas frases para meditarlas y buscar NO imitarlas como lideres.
Lambiscón cuando le conviene; vitupera a todo concepto que difiera con él con adjetivos ad hominem; soldado capaz de robar a un compañero muerto en batalla; hierofantes de lambisconería otorgando preseas (diplomas de papel higiénico y medallas de corcholata.
leer completo aquí:
https://elperiodico.com.gt/opinion/2020/01/22/bagres/