Adaptación, modernización o transformación del ejército
Gráfico de Jaime García Covarrubias (CHDS-NDU, Washington), 2005
Los fenómenos del terrorismo y el narcotráfico han venido determinando variables importantes para su combate que forzosamente incluyen a las fuerzas armadas de los países, principalmente en Latinoamérica.
La tecnología evoluciona constantemente para enfrentar las amenazas. El crimen organizado por su parte también implementa tecnología para encubrir sus ilícitos.
La ausencia de guerra, lleva a los Estados a enfocar objetivos e invertir más en desarrollo que en seguridad. De allí la crisis económico financiera en las fuerzas armadas de la región, condición que se agrava si se promueve una administración deficiente de las mismas.
La capacidad de un ejército, la demarca su propia naturaleza de ser, definida por el Estado mismo según su apreciación estratégica nacional, que debe incluir una norma jurídica clara para el actuar de las fuerzas militares.
En pleno 2010 no se puede tener absoluta certeza que algún país, en cualquier parte del mundo, esté libre de verse envuelto en una guerra. El portavoz del Departamento de Estado (EUA) para América Latina, Gregory Adams, afirmó – según el Nuevo diario del 9 de mayo 2010 – que Venezuela se prepara para una guerra contra un país “que no se sabe cuál es”.
Esto lleva a los gobiernos a considerar si el Estado está listo para ser parte o verse envuelto en una guerra.
Pero la naturaleza de las fuerzas armadas no está dedicada exclusivamente para la guerra, sino además, para el combate de las amenazas actuales mencionadas al inicio. La experiencia dicta que se debe considerar la creación de unidades veloces, entrenadas y muy precisas.
Las operaciones conjuntas y combinadas que convergen hacia objetivos comunes contra el crimen organizado, permiten simultaneidad en el combate a la amenaza, adaptabilidad a circunstancias cambiantes del oponente, el tiempo y el terreno; realizadas con alta eficiencia gracias a un entrenamiento y liderazgo atinados, que produzcan resultados eficaces en la seguridad de los Estados.
Cada Estado debe entonces definir en su política de defensa, la clase de ejército que necesita. Esto requiere forzosamente programas especiales de presupuesto (largo plazo) y operaciones (corto plazo).
Por ejemplo, en el caso de la movilidad de la fuerza, las instituciones policiales pueden poseer vehículos patrulla, pero cuando el terreno o la amenaza es superior y se necesitan vehículos blindados, artillados o capaces de cruzar obstáculos, entonces se emplean los vehículos del ejército.
Las capacidades militares deberían ser superiores a las de las fuerzas de seguridad civil, para ser empleadas como último recurso de fuerza para la solución de un problema. Pero este equipamiento es sumamente costoso. No es lo mismo comprar un vehículo pickup que un Humvee o un vehículo blindado M1117.
Por ejemplo en caso de desastres naturales, generalmente colapsan las vías de comunicación; cuando los vehículos de las entidades gubernamentales, de la empresa privada o de particulares no pueden acceder a cierto terreno, entonces se emplean los medios militares, que es una tecnología diferente, adecuada pero mucho más costosa. Un ejército es la reserva de la nación. A continuación un video de un vehículo de alta movilidad en terreno quebrado. Nótese que la tecnología militar de control y comunicación da un valor agregado a la movilidad.
Los ejércitos, como el de Guatemala, que tienen importantes limitaciones en sus capacidades y que, no obstante, es empleado en el combate a la amenaza, debe ser objeto de programas para adaptarlo, modernizarlo o transformarlo.
Adaptación significa readecuar sobre la base de lo existente. Es Intentar ser más eficiente con los mismos recursos.
Ejemplo: Una unidad desplegada en múltiples puntos de control a lo largo de un área de responsabilidad operacional, hace más presencia, pero carece de movilidad porque no hay vehículos para cada grupo. El dispositivo se “adapta” cuando se concentra el dispositivo y se asignan medios para superar la capacidad de la amenaza y estar en capacidad de enfrentarla.
Ejemplo: La unidad ya concentrada y con medios de movilidad, comunicaciones y equipamiento asignados conduce sus operaciones en base a la inteligencia producida por tecnología como un sistema flir.
Transformación implica un cambio en la forma de empleo. Nuevas capacidades en función de nuevas misiones.
Ejemplo: la unidad desplegada se transforma en guardia nacional con función policial.
Ya sea para adaptar, modernizar o transformar, la política de defensa debe considerar tres escenarios: paz (relativa), crisis y guerra; en los cuales se podrán cumplir misiones convencionales, no convencionales, los compromisos estratégicos del Estado y el desarrollo nacional.
El fundamento legal es importante, ya que no puede una fuerza armada dedicarse completamente a la “seguridad ciudadana” si el presupuesto que se le asigna es para “defensa”. En este caso la función de “defensa” se irá debilitando hasta consumir los pocos medios disponibles y haga parecer inútil al ente encargado de proveerla.
ME parece que al triángulo que inicia el tema, y que define las características de una fuerza armada (naturaleza, norma jurídica y medios o capacidades) hay que darle los créditos. El autor del mismo es el Profesor Jaime García Covarrubías del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa y el año es 2005.
ResponderBorrarAmigos bloggeros, muy interesntes sus temas, pero, al César lo que es del César. EL triángulo y fundamentación que presentan en "Adaptación, modernización o transformación del Ejército" es propiedad intelectual de Jaime García Covarrubias (CHDS-NDU, Washington).
ResponderBorrarPor el bien del blog, espero que sea un olvido, pues es uno de los textos más conocido del Dr. García Covarrubias, que yo personalmente ocupo en clases y que tengo la certeza de que él mismo lo ha presentado ante auditorios académicos latinoamericanos y estadounidenses.
Ivan Witker
Profesor de Seguridad Internacional, ANEPE Chile, Universidad de Santiago y UNiversidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile.
Me alegra sumarme a estos comentarios de lectores seguramente especializados y muy atentos. Creí advertir mientras leía el artículo, la autoría intelectual de algunos pasajes y planteamientos argumentales,
ResponderBorrarde nuestro común reconocido Dr. Jaime García
Debo entender como descuido involuntario, el que faltasen en su momento unas comillas y la mención expresa de la fuente, ya que observo, tal descuido ha sido en parte subsanado y de esta forma entonces podemos destacar las aportaciones propias del artículo. Siempre será bueno e interesante comentar nuevas formas de asociar conceptos e ideas ya conocidas.
En todo caso será el mayor cumplido que se le pueda hacer al Dr. García y el respeto que como lectores nos merecemos.
Gracias por los comentarios. La crítica siempre ayuda a mejorar. Saludos
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