Una de las características por las que mejor es reconocido un ejército es por su “disciplina”. Cumplir disciplinadamente los reglamentos es privilegio de un militar. Disciplinado significa orden y el hecho de ser ordenado denota “institucionalidad”.
La disciplina, la jerarquía y la obediencia constituyen la columna vertebral de la subordinación. La escuela de formación proporciona estas bases al militar y en las fases de profesionalización a lo largo de su carrera se consolida el concepto doctrinario.
El Ejército de Guatemala no es el mismo de 1980. A partir de la firma de la paz en 1996 se concibió una nueva doctrina militar. Cuando cambió el “por qué”, cambió la naturaleza.
Lo que no cambió fue el fundamentalismo militar, que incluye:
Las ocho palabras escritas en el “muro de la mística” de la Escuela Politécnica.
El código de ética contenido en lo que antes se llamó “órdenes generales permanentes para oficiales” y que hoy están contenidas en el reglamento para el servicio del ejército en tiempo de paz.
muro de la mística
La ética militar tiene su base, principalmente en las dos referencias anteriores. De hecho, al observar el muro de la mística, las dos primeras palabras base son: Deber y Honor.
Un militar, desde la antigüedad, debe cumplir sus misiones con estos dos conceptos coordinados. No hacerlo ha sido un dilema a través de la historia universal.
Debe cumplir con su “deber” manteniendo su “honor”. A continuación un ejemplo:
El 29 de mayo de 1780, durante la guerra de independencia de los Estados Unidos de América, el General inglés Sir Banastre Tarleton atacó un destacamento de colonos al mando de Abraham Buford. Tarleton ignoró la bandera blanca y masacró sin misericordia a los hombres de Buford. 113 estadounidenses fueron asesinados. El episodio se conoce como la “masacre de Buford”.
General Sir Banastre Tarleton
En los ejemplos anteriores, los militares ingleses debían combatir a las milicias del continente, era su deber, pero para cumplirlo mancillaron su honor de soldados británicos.
En la formación de oficiales militares en la década de 1980 se produjo un delicado problema conceptual. Se enseñaba el
“mensaje a García”, una anécdota publicada por primera vez el 22 de febrero de 1899 en la revista estadounidense “philistene”.
La enseñanza se reducía a: “las órdenes se cumplen y no se discuten”.
El concepto provocó un dilema ético en el cumplimiento del deber y el honor, que ha tenido consecuencias de todo tipo hasta hoy.
En 2012, la Doctrina Militar del ejército de Guatemala, su código de ética enseña que se debe cumplir con el “deber” de manera “honorable”. No se puede cometer un delito con tal de cumplir con el deber.
Los ejércitos han tenido siempre la misión de: ir, triunfar y regresar con honor. Las madres espartanas decían a sus hijos: “vuelve con tu escudo o sobre él”.
Formular decisiones en base a la “doctrina” vigente da dirección, motivación y propósito. Cumplir la ley (actuar honorablemente) da prestigio a una institución y le hace respetable.
La planificación estratégica actual está alineada así:
Nivel Político: Objetivos Nacionales permanentes (constitución), objetivos nacionales actuales (intermedios, políticas públicas) y objetivos de gobierno
(pactos).
Nivel político militar: propósitos y estrategia del Ministerio de la Defensa.
Estos planes están alineados bajo dos bases fundamentales: seguridad y desarrollo. Y además, en el factor militar: Cumplimiento de la misión y bienestar del personal.
Cartilla pactos, ejes, principios y estrategias
del eje de seguridad democrática y justicia
del Ministerio de la Defensa Nacional.
No es concebible un militar sin voluntad en el servicio y espíritu de sacrificio. Lo uno contiene lo otro. Un militar abnegado no se conforma con su horario de trabajo. En su mentalidad los descansos son secundarios ante el cumplimiento de la misión.
Esta actitud personal, es digna de un militar. En esta exclusividad está el detalle y el prestigio. El trabajo en equipo en esta dirección hace una institución fuerte, unida y prestigiosa. Respetándose a si mismo se eleva el espíritu de cuerpo.
El oficial profesional debe comprender esta idea, exponerla y defenderla ante sus subordinados. Además debe ser congruente consigo mismo: De la manera que piensa debe decir y hacer. No existe mal escenario, lo que existe son malas actitudes.
El concepto estratégico militar está definido: Lograr la interdicción de las amenazas externas y contribuir a neutralizar a los grupos armados ilegales, mediante el empleo del poder militar, por medio de la recuperación y mantenimiento del control de los espacios aéreos, marítimos y terrestres, realizando operaciones de apoyo interinstitucional, con el propósito de alcanzar y mantener condiciones de seguridad favorables al pleno desarrollo del ciudadano.
En el ámbito global y continental al Ejército de Guatemala le corresponde:
Apoyo a la seguridad interior para lograr el desarrollo del país.
Colaborar con la ONU en misiones de paz.
Reducir/mitigar efectos de desastres naturales en cooperación interinstitucional.
Todo militar debe preguntarse si le gustaría tener subalternos así como es él mismo.
Hay que cumplir con sus propias obligaciones antes de pretender/exigir/criticar que otro cumpla con las suyas.
Notas tomadas de la conferencia: Ética profesional militar dictada por el Sr. Ministro de la Defensa Nacional en el Comando Superior de Educación del Ejército de Guatemala el 12 de abril de 2012.