Reforma de la Junta Interamericana de Defensa JID
INTRODUCCIÓN
El fin de la guerra
fría marcó un hito importante en el rumbo de la historia mundial a finales del
siglo XX. Desde entonces inició un proceso democratizador en Latinoamérica
acompañado de una era de consolidación del poder civil sobre el militar, marco
que dio paso a las relaciones civiles-militares actuales. Este proceso continúa
en el hemisferio. En el ambiente político multilateral de la Organización de
Estados Americanos (OEA) los funcionarios políticos actuales opinan que la participación civil en la Junta
Interamericana de Defensa (JID), organismo preponderantemente militar, no ha
sido suficiente. Esto ha creado un panorama no muy claro en cuánto a la
participación y aceptación de la JID en
ese alto organismo. Sin soslayar la diplomacia, hay un trasfondo ulterior de
distanciamiento. De esa cuenta, analistas y académicos cuestionan la existencia
de la JID, otros encuentran en la historia los motivos y otros proponen
reformas para hacerla funcional. En la era de las relaciones civiles-militares
el ambiente de la OEA no debería ser la excepción respecto al control civil.
Esta situación
conlleva a plantear un problema cuya solución permita reactivar la
funcionalidad de la JID, y que la OEA no pierda la asesoría profesional militar
en la lucha contra las amenazas, considerando además, que el factor militar es
empleado en la mayoría de países latinoamericanos cuando la capacidad de las
fuerzas policiales es sobrepasada. Los cursos de acción propuestos fueron
creados bajo los supuestos que exista voluntad política en el hemisferio y
presupuesto para hacer la reforma necesaria incluyendo, una reforma profunda en
la JID y su estatuto.
Este documento
presenta las siguientes partes: Primero una descripción histórica del
posicionamiento de la JID frente a la OEA, origen del distanciamiento. Se
plantea el problema, los supuestos y los criterios de evaluación que rigen las
opciones. Segundo: los cursos de acción a seguir con su impacto y calificación,
para lo cual se diseñó una matriz de decisión que compara los componentes de
cada opción. Tercero: Se comparan las opciones, que se resumen en equilibrar el
número de civiles y militares en la JID o hacer una transformación donde la JID
pase a depender completamente de la Secretaría de seguridad Multidimensional de
la Secretaría General de la OEA. Cuarto: Las conclusiones orientan a recomendar
que se modifique el estatuto vigente y que la JID sea transformada.
CUERPO PRINCIPAL
Temas clave y criterios:
La Junta
Interamericana de Defensa (JID), fue creada en 1942 a instancias de los Estados
Unidos de América (EUA) ante la necesidad de coordinar esfuerzos para la
seguridad del continente americano durante la segunda guerra mundial[i].
Los países
latinoamericanos respondieron cooperando en materia de seguridad y defensa
hasta 1954, año en que según Klepak, terminó la política de “buen vecino” del
Presidente Roosevelt[ii].
Ante el avance de un mundo bipolar, los EUA debían “asegurarse que líderes y
partidos políticos favorables controlaran los gobiernos de la región”[iii].
EUA derrocaba gobiernos que consideraba blandos ante el comunismo[iv].
Si los gobiernos civiles de Latinoamérica no mantenían estrecha comunicación
con EUA, la JID se empleaba para contactar directamente con las fuerzas armadas
produciéndose golpes de estado militares[v]. De
esta forma, la JID nunca estuvo subordinada a los órganos políticos de la OEA[vi].
El término de la
guerra fría dio paso a un proceso democratizador en todo el hemisferio a
finales del siglo XX. Como era lógico había una gran desconfianza por la
política intervencionista estadounidense, agravada por la interpretación de EUA
del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) con relación al tema
de las islas Malvinas, Argentina en 1982[vii].
Ya en 1990 se cuestionaba los fines y
agenda de la JID por lo que la comunidad de la OEA creó el Comité de Seguridad
Hemisférica.
De 1993 a 2005, la
Asamblea General de la OEA emitió diferentes resoluciones orientadas a evaluar su relación con la JID, su probable
modernización y/o modificación de su estructura. Finalmente en 2006 se emitió
el Estatuto de la JID en donde se le establece como una entidad de la OEA.
Paralelo a esto,
desde el fin de la guerra fría, la atención se centró sobre el tema del control
civil sobre las fuerzas armadas. Para 2006 había únicamente 6 ministros de
defensa militares en América Latina[viii].
La tendencia llegó
a la OEA donde los funcionarios políticos, empezaron a limitar el margen de
acción de la JID en temas regionales, minimizando su utilidad, con la intención
de colocarla bajo control civil, dado su antecedente histórico de manejar
asuntos regionales fuera de la esfera de la OEA[ix].
El estatuto de la
JID de 2006, le concede autonomía técnica pero observando lo recomendado por la
Asamblea General y por el Consejo Permanente de la OEA. Su propósito quedó
definido en prestar servicios de asesoramiento técnico, consultivo y educativo
en asuntos militares y de defensa[x].
Ya en 2012, el Dr
Klepak analiza que la integración hemisférica no atraviesa su mejor momento en
el marco de la OEA debido a que los estados miembros tienen diferencias de tipo
ideológico, geográfico y hasta personales[xi].
Los países han formado bloques subregionales y construyen sus propios sistemas
“más locales” aceptando participar en “pequeños esfuerzos” con la OEA[xii].
Diferentes
programas y actividades que tienen alguna participación de la JID en cuanto a
asesoría técnica, están coordinados por la Comisión de Seguridad Hemisférica
del Consejo Permanente y por la Secretaría de Seguridad Multidimensional.
El embajador Abraham
Stein, de la Secretaría de Seguridad Multidimensional, expresó el 29 de enero
de 2013 durante una conferencia en el Colegio Interamericano de Defensa, que la
JID fue creada en un ambiente diferente y que es difícil su adaptación a
participar en una organización política multilateral, que generalmente se
relaciona con asuntos de seguridad y casi nada de defensa. “Es importante que
evolucione a un actuar moderno y que quiera hacerlo, pero debe cambiar sus
paradigmas”. Agregó que la JID no está lista, puesto que no hay civiles
integrando su propio consejo de representantes y que debe ser más adaptable a
una organización política multilateral. Por el momento sólo se realizan
reuniones de enlace.
Es evidente un
grado de distanciamiento, descrito por los expertos y funcionarios arriba
citados, entre políticos de la OEA y la JID. Esta situación mantiene plena
vigencia a lo planteado por Cope en 2010 de que la OEA “no puede darse el lujo
de perder su voz profesional en asuntos de defensa y militares”[xiii].
Esto puede ocurrir si no se supera la situación actual.
En base a los
puntos clave y criterios anteriores, y en el supuesto de que exista voluntad política para encontrar consensos
que permitan a la JID participar en su papel de asesoría técnica en los campos
que le compete, y en el supuesto que
el presupuesto para su funcionamiento pueda mantenerse, se plantea el siguiente
problema[xiv]:
¿Cómo reactivar la funcionalidad de la JID en un ambiente de distanciamiento
con el entorno político (civil) multilateral de la OEA?
Criterios de evaluación: los curso de acción propuestos para resolver la
problemática se basan en los criterios de evaluación siguientes: Funcionalidad,
viabilidad y legalidad.
Opciones y cursos de acción: Impacto y calificación.
Curso de Acción 1: El Consejo Permanente de la OEA, promoverá a través de
los canales y procedimientos vigentes, el nombramiento de funcionarios civiles y
militares en proporción de 50% en el consejo de representantes de la JID para
el próximo período, que incluya un presidente civil y un vicepresidente militar.
Además, ampliar el ámbito de la JID para que conforme su misión y propósito vigentes
en su estatuto, pueda asesorar técnicamente a todas las dependencias de la OEA
cuya función tenga relación con procesos de orden militar y/o de defensa, con
el fin de hacer funcional su marco de actuación dentro de la OEA incrementando la
participación y control civil.
Impacto: La JID deja de percibirse como un ente con poca
participación en los aspectos de Defensa y militares de la OEA involucrándose
en otros doce departamentos y secretarías donde puede proporcionar asesoría
técnica[xv].
Se equilibra la presencia de militares y civiles en el consejo de representantes
de la JID mejorando las relaciones civiles militares.
Calificación: En el anexo “B”, la Matriz de decisión indica que los
cursos de acción se evaluaron por sus componentes esenciales, asignando un
porcentaje por preeminencia a cada uno. Al mismo tiempo, cada componente en
base a su factibilidad, conducencia y aceptabilidad. Al complementar los
resultados, el curso de acción No. 1 resultó 5.25% por debajo del curso de
acción No. 2.
Curso de Acción 2: El Consejo Permanente de la OEA, promoverá a través de
los canales y procedimientos vigentes, el cambio de nombre de la JID; la
modificación de su estatuto para que proporcione asesoría técnica en materia de
seguridad, además de asuntos de defensa y/o militares. La JID se transformará
en una secretaría dependiente de la secretaría de seguridad multinacional, con
un secretario civil y un subsecretario militar. La función de la JID se
ampliará para para que asesore técnicamente a todas las dependencias de la OEA
cuya función tenga relación con procesos de seguridad o defensa, con el fin de
ampliar su funcionalidad dentro de la OEA. El Consejo de representantes,
constituido en una nueva subsecretaría, estará integrado con 50% de militares y
50% de civiles.
Impacto: En este curso de acción la JID depende completamente de
la secretaría de Seguridad Multidimensional. Se modifica el estatuto para asesorar
en temas de seguridad – además de defensa – y se amplía su campo de acción mientras
se fortalece el poder civil. Amplía su carácter asesor a los doce departamentos
y secretarías mencionados en el curso de acción No. 1.
Calificación: Este curso de acción alcanza un 60% de la ponderación de
todos los componentes deseables en ambas opciones, de igual forma en cuanto a
la apreciación de su factibilidad, conducencia y aceptabilidad (Ver anexo “B”,
Matriz de decisión). Supera en 5.25% al curso de acción 1, en concordancia con
el problema, los supuestos y los criterios de evaluación planteados.
Persuasión.
Análisis comparativo de las opciones:
Dentro de las
características comunes y positivas a los dos cursos de acción está el hecho de
incluir 50% de civiles y militares en el consejo de representantes, esto ya
sería viable y legal pues está contemplado en el estatuto de la JID, pero no se
ha realizado. La mejora de la relación civil-militar que dará el espacio que la JID necesita para asesorar
técnicamente a doce entes entre departamentos, secciones y secretarías
(actualmente sólo se relaciona con dos de ellos), es valorado por ambas
opciones pero conviene más en el marco de la segunda opción, donde la JID pasa
a depender de la Secretaría de Seguridad Multidimensional porque consolida el
control civil. Las delegaciones continuarían integradas de la misma forma pero
en una estructura diferente.
La opción 1 es
débil con respecto a la 2 porque en la primera no cambia el estatuto. En la
segunda opción, el estatuto es modificado para que la JID asesore técnicamente
en cuestiones de seguridad además de los aspectos militares y de defensa
tradicionales. La opción que mejor se adapta a la corriente democratizadora de
control civil sobre el sector militar es la segunda. Es incoherente que los
países realicen este proceso a nivel unilateral y que en la entidad hemisférica
continúe un modelo distinto, que lo único que produce es distanciamiento,
perdiéndose el aporte que el profesionalismo militar integrado del hemisferio
pudiera darle a una organización política multilateral como la OEA. No se
estima que el cambio de nombre de la JID pudiera tener un impacto
psico-desmotivador en el sector militar y por el contrario ayudará a ubicar las
nuevas funciones en su justa dimensión. Ambas opciones responden a los
criterios de evaluación del problema.
Factores que
determinan la decisión y las recomendaciones: Si no se reforma la JID corre el riesgo, como Cope lo
ha advertido, de “ser desmantelada”. Por tanto es conducente fortalecer el
poder civil de la OEA sobre la JID para mantener la buena relación
civil-militar y la asesoría del profesionalismo militar en la problemática de
seguridad hemisférica actual, además de los aspectos militares y de defensa.
Conclusiones:
La asesoría militar
de la JID en la OEA está poco activa y en vías de finalizar. Es necesario
acercar y dar mayor participación a los funcionarios civiles de esta
organización política en la JID. La JID ya es una entidad de la OEA. Por tanto
se recomienda implementar el curso de acción No. 2.
Efectos: Subsistencia de la
JID. Fortalecimiento de las relaciones cívico militares en el ámbito político
multilateral de la OEA. Asesoría técnica profesional militar en todas las áreas
donde los aspectos de seguridad y/o defensa, influyan en el cumplimiento del propósito
y funciones de la OEA.
[i]
John
A Cope, “Reforma a la Junta Interamericana de Defensa”, Strategic Forum (Washington D.C.: Universidad Nacional de Defensa,
2010), 1, http://www.ndu.edu/inss/docuploaded/SF%20258_%20Spanish_Reforma%20a%20la%20Junta%20Interamericana%20de%20Defensa.pdf, consultado el 1 de febrero de 2013.
[ii]
Hal
Klepak, “Evolución del sistema de seguridad interamericano”, Conferencia
Colegio Interamericano de Defensa, Módulo: Situación hemisférica, Washington
D.C. 24 de enero de 2013.
[iii]
Abraham
F. Lowenthal, “De la hegemonía regional a las relaciones bilaterales complejas:
Estados Unidos y América Latina a principios del siglo XXI”, Nueva Sociedad No. 206, (Argentina:
2006), http://www.nuso.org/upload/articulos/3395_1.pdf, consultado el 1 de febrero de 2013.
[iv]
Hal
Klepak, “Notas sobre el contexto hemisférico”, en Relaciones hemisféricas
capítulo 5, Atlas comparativo de la defensa en América Latina y Caribe (Buenos
Aires: RESDAL, 2012), 51, http://www.resdal.org/atlas/atlas12-05-relaciones-hemisfericas.pdf, consultado 1 de febrero de 2013.
[v]
Hal
Klepak, “La Guerra fría”, conferencia Colegio Interamericano de Defensa,
Módulo: Situación hemisférica, Washington D.C, 25 de enero de 2013.
[vi]
Cope,
“Reforma a la Junta Interamericana de Defensa”, 2
[vii]
Klepak,
“Notas sobre el contexto hemisférico”, 51.
[viii]
Carlos
Barrachina y Juan Rial, “Los ministerios de Defensa en América Latina y las
consecuencias de multidimensionalidad de las amenazas”, Resdal, 2006, http://www.resdal.org/producciones-miembros/art-barrachina-rial-ago06.pdf, consultado el 1 de febrero de 2013.
[ix]
Cope,
“Reforma a la Junta Interamericana de Defensa”, 2.
[x]
Estatuto
de la Junta Interamericana de Defensa parte considerativa, 15 de marzo de 2006,
artículo 1,2, http://www.oas.org/36ag/espanol/doc_basico/estatutoJID_esp.pdf, consultado el 1 de febrero de 2013.
[xi]
Klepak,
“Evolución del sistema de seguridad interamericano”, conferencia Colegio
Interamericano de Defensa, Módulo: Situación hemisférica, Washington D.C, 24 de
enero de 2013.
[xii]
Hal
Klepak, “Notas sobre el contexto hemisférico”, 51.
[xiii]
Cope,
“Reforma a la Junta Interamericana de Defensa”, 2.
[xiv]
Ver Anexo “A”, Delimitación del
problema.
[xv]
Consejo Permanente de la OEA
Comisión
de Seguridad Hemisférica.
Reunión
de consulta de ministros de relaciones exteriores.
El Comité
consultivo de Defensa
Secretaría
del comité interamericano contra el terrorismo, de la Secretaría de Seguridad
Multidimensional
Departamento
de seguridad pública, de la Secretaría
de seguridad Multinacional
y la
Comisión de Seguridad Hemisférica, estos son: La Reunión de consulta de
ministros de
Comité de
coordinación del programa de cooperación del sistema interamericano.
Comité
interamericano para la reducción de desastres naturales.
Sección
de servicios de estructuración de la información.
Secretaría
de la comisión interamericana de puertos.
Sección
de análisis político y prospectiva.
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