24 de diciembre de 2008

Ascenso al grado de Coronel

FOTOGRAFÍAS DE LOS ACTOS DE ASCENSO

Formación en la rampa principal donde se desarrollaron los actos.
El comandate de la Brigada junto con las esposas de los ascendidos impusieron la boina con la insignia del nuevo grado.

Discurso del Comandante de la Brigada, Coronel de Infantería DEM Walter Zepeda, en ocasión del ascenso al grado inmediato superior.
"El motivo que nos convoca en este acto reviste un alto significado para la institución, por cuanto recoge la esencia misma de la profesión militar y representa el justo reconocimiento a dos Oficiales que han alcanzado, por sus méritos, el grado inmediato superior, siendo en este caso el de Coronel y el de Capitán Primero.

El Ejército observa con especial orgullo cómo, a través de sus normales y naturales procesos de calificación, propios de toda organización, valora el sacrificio, la entrega profesional y el grado de preparación, para destacar a sus integrantes que son merecedores a estas distinciones.

Alcanzar los diferentes grados dentro de la carrera militar conlleva el más alto compromiso individual y un gran sacrificio para compartir responsabilidades, teniendo como objetivo central servir siempre los intereses institucionales, incluso a costa de los propios, por legítimos que ellos sean.

La trayectoria profesional de los Oficiales que son promovidos está ligada a una larga experiencia profesional y a un aporte a través de cada uno de los destinos por los que han transitado en su respectiva arma y especialidad.

Cada uno de ustedes, en sus respectivos cargos directivos y de mando, han impulsado y liderado proyectos que conforman este desarrollo institucional con el debido equilibrio, ponderación y ajustado a sus propias realidades. Forman parte de una cúpula en que la experiencia, la prudencia, la reflexión, el liderazgo y el compromiso permanente son los signos más visibles. A ellos sumen la ausencia sincera de toda ambición.

La meta que hoy alcanzan les permitirá asumir con propiedad sus nuevas funciones y participar de manera directa en la consolidación del actual proceso que vive el Ejército, irradiando hacia las nuevas generaciones el espíritu del cambio, asegurando de esta forma que la institución siga proyectándose con visión de futuro en las áreas y ámbitos de acción que le son propias.

Conociendo sus capacidades profesionales y personales, y en especial la trayectoria de cada uno de ustedes, nos asiste el convencimiento que su aporte será fructífero y altamente valorado a través de la gestión y conducción que les corresponderá realizar en cada uno de los cargos asignados. De igual modo, les deseamos mucho éxito y parabienes en las misiones por desarrollar.

En este momento de satisfacciones, logros y sueños cumplidos quisiera expresar un especial saludo y reconocimiento a sus respectivas esposas y familias, quienes con su permanente apoyo y sacrificio les han acompañado en todo momento, constituyendo un pilar fundamental en el ejercicio de la función militar. Desde muy jóvenes observaron y vivieron junto a ustedes el devenir de la vida militar.

Esposa, hijos y familia son parte gravitante de las metas que destacamos en esta ceremonia. ¡Sean también fieles a sus anhelos y a sus desvelos! ¡Señores oficiales que hoy serán investidos en sus nuevos grados!: Alcanzar un nuevo grado en la carrera militar no es tarea fácil; son variadas y complejas las pruebas y exigencias que nos impone nuestra profesión.

El oficial es siempre observado; debe ser, en consecuencia, la sumatoria de las virtudes militares, un paradigma de nobleza de sentimientos, optimismo, desprendimiento y elevado sentido de justicia.

No duden en pedir consejo, opinión o, si se requiere, ayuda, porque sus responsabilidades son difíciles, complejas y con muchas aristas. No se nace siendo un buen oficial. Hasta los llamados genios de la conducción militar dedicaron muchas horas y años de estudio antes de transformarse en los hombres que la historia ha elevado por sobre otros.

En tal sentido, no descuiden el estudio, la meditación rigurosa de los temas encomendados a su análisis; porque en lo que sí estarán solos es en las consecuencias de sus opiniones, si ellas no se inspiran en la recta doctrina, en la tradición, en el saber y en la responsabilidad ineludible por nuestras acciones.

Finalmente, para ustedes, mi expresión de reconocimiento, deseos de bienestar, realización personal y mucho éxito profesional en sus nuevas y delicadas funciones como integrantes de nuestro glorioso Ejército Nacional".

Ejército y Seguridad pública, consideraciones diciembre 2008



La seguridad pública es un tema que ocupa cualquier conversación entre guatemaltecos. El Estado libra una batalla contra el crimen en campos que van desde la planificación, la organización, la táctica a emplear y los medios disponibles. La ciudadanía discute la eficacia de los resultados. Durante el mes de diciembre 2008 se leyeron artículos y opinión que cuestionan el papel del Ejército de Guatemala y su alto mando en varios hechos relevantes a nivel nacional. La tensión creció cuando se produjeron importantes cambios en el alto mando del Ejército. El objetivo de este documento es proporcionar elementos de información adicionales que al analizarlos y considerar sus diferentes aspectos, permitan concluir que la eficiencia en las misiones asignadas no se mide, tan solo, en base a los hechos criminales por el impacto que producen o por la cantidad de ocurrencia de los mismos; tampoco hará la diferencia las personas que ocupan el alto mando. Sería apresurado responsabilizar a unos (mando saliente) por circunstancias que tienen que ver con medios disponibles y poco ético divulgar un prejuicio de inexperiencia o falta de liderazgo en otros (mando entrante).



Diario “El Periódico” del 11 de diciembre de 2008 presentó una nota en la cual se informó, que a esa fecha, existían 45 solicitudes de parte de gobernadores, diputados, alcaldes e iglesias evangélicas para que el Ejército de Guatemala proporcione seguridad pública en lugares específicos.



Parte de la población, como afirma Raúl Minondo en su columna en “El Periódico” del 10 de diciembre de 2008, ve en el Ejército de Guatemala autoridad, disciplina, respeto y orden; formados a base de disciplina, obediencia, mística y una jerarquía bien definida.Criterios como éste último son objetados y criticados por personas y sectores cuando por ejemplo, se da un caso como la matanza de Santa Ana Huista.

La prensa escrita se apresura a afirmar que los 572 kilómetros de frontera con México no están siendo cuidados por el ejército tal como debería ser su obligación constitucional (El Periódico, 15 de diciembre de 2008).

Y claro que es una obligación constitucional, sin embargo, la sociedad guatemalteca a través de su Congreso de la República y las autoridades del organismo Ejecutivo que ha elegido a través del voto en claro ejercicio democrático, han venido reestructurando, reorganizando, reorientando y reduciendo la fuerza militar permanente. La última y más fuerte reducción que la sociedad ha proveído a través de los organismos de poder electos libremente se dio en 2004.

La reducción de efectivo (personal) obligó a adoptar un dispositivo acorde a las capacidades, es decir lo disponible. Por ello en alusión a la misma nota y como sarcástico ejemplo, podría colocarse un soldado cada 200 metros a lo largo de los límites internacionales; incluye oficiales, oficinistas, cocineros, mecánicos etc. Personal que por supuesto no podría ser empleado para estas misiones sin mencionar que sería tácticamente risible adoptar tal dispositivo. Suponiendo que el treinta y tres por ciento se emplee en seguridad pública se aumentaría a 450 metros el espacio cubierto por soldado.

Al mordaz ejemplo de metros cubiertos por soldado, agréguese la cantidad de combustible asignado por comando (por mencionar una de las clases de abastecimiento necesario) que se asigna de acuerdo a la cantidad de vehículos en inventario, calculado en base a un estimado anual de operaciones a realizar.

La historia política continúa: se redujo la fuerza militar permanente, se incrementa la delincuencia organizada, la fuerza de seguridad civil no es suficiente; entonces surge la iniciativa: emplear al Ejército en la seguridad pública.

Muy bien señor… el único problema es que somos tantos y tantos… si se quiere cubrir los límites internacionales tendríamos que ser tantos más… mismos que necesitan comunicaciones, movilidad, reequipamiento (los fusiles Galil ya llegaron al límite de su tiempo de vida útil). No hay comunicación táctica, sólo teléfonos celulares – y áreas donde no entra la señal – los vehículos necesitan mantenimiento, stock de repuestos, lubricantes y combustibles, amén de que existen áreas donde se necesitan vehículos con ciertas capacidades.

Ante una apreciación tan fría y fastidiosa, los encargados de las decisiones políticas difíciles (no precisamente militares) optan por aumentar el efectivo militar, acción que se traduce en presupuesto; y empieza el debate de sectores que apoyan, otros censuran, unos maldicen, otros piden fortalecer la fuerza civil, otros piden suprimir el ejército y emplearlo en salud y educación y en fin… se produce y fortalece el ejercicio democrático.

Edgar Gutiérrez en su columna del 15 de diciembre, diario “El Periódico”, explica que independientemente de que, parte de la población piense que un militar sabe de seguridad, que el Ejército es más institución que cualquier otra, y que en resumen hay confianza en dicha institución e infunde miedo a los malhechores, no fue “hecho” para proveer seguridad pública.

Un gobierno, explica el señor Gutiérrez, emplea su ejército como última instancia, cuando el problema adquiere una dimensión extraordinaria, cuando la amenaza a la seguridad pública pasa a ser una amenaza a la seguridad Nacional. Pero si hubiera necesidad de emplearlo, continúa Gutiérrez, es necesario definir el plan, la temporalidad y proveer el equipo necesario. Todo esto mientras se crea, fortalece o reforma la institución de seguridad pública a la cual le compete dicha misión.

Está claro que el organismo Ejecutivo ha decidido emplear al Ejército en la seguridad pública. Sin embargo, en diario “El Periódico” del 23 de diciembre, en ocasión de la sorpresiva destitución del mando del Ejército, se afirmó que los cambios fueron porque no se dieron resultados satisfactorios, a criterio de alguien, en los operativos fronterizos antinarcóticos.

Pero la información debería proveer a la ciudadanía también, elementos de juicio como: cuánto personal hay disponible, cuántos vehículos tienen y si tienen combustible para ello – o si hay que andar prestando para luego devolverlo – si tienen comunicación táctica con las unidades, con los vehículos disponibles, en cuánto tiempo llegan a los lugares desde su ubicación. Cuando se reúne esta información es fácil descartar que los cambios se hayan dado por ineficiencia de las unidades militares en el cumplimiento de su misión.

Si a un servidor público se le asignan misiones específicas, entonces el servidor público necesita medios para cumplirlas. Solicitar dichos medios, porque se necesitan y no como condicionante para cumplir la misión asignada, no es que se esté tratando de “devolverle al ejército el poder que antes tenía” o “fortalecerlo por encima del poder civil”; tales argumentos resultan ridículos y contienen un trasfondo revanchista y detractor. Sencillamente si se quiere emplear se necesitan medios.

También afirman algunos “expertos en temas militares” (El Periódico 23 de diciembre de 2008, página 4) que el nuevo mando del ejército son “militares sin relevancia” y “entre todos un cero en liderazgo”. A este respecto, el sistema de profesionalización del ejército de Guatemala, capacita a todos sus oficiales, en todos los niveles, para desempeñarse en los puestos que por su grado, pueden desempeñar. Es decir, un oficial poseen la maestría, experiencia y espíritu de cuerpo – componentes que dan carácter profesional a algo – necesarios para ejercer el cargo que la sociedad, a través de un comandante general del ejército (presidente) libremente electo, les ordene desempeñar. Edgar Gutiérrez no se equivoca, cuando con descrédito, alude que la población sabe que todo militar tiene conocimientos sobre seguridad.

Cualquiera, además, que haya ejercido liderazgo comprende que no se puede hablar de porcentaje de liderazgo bueno o malo; lo que existen son estilos de liderazgo que arrojan al final resultados a objetivos planteados. Y tanto más en el liderazgo militar, que no se puede emplear un mismo estilo de liderazgo a lo largo de toda una carrera. El ambiente, el tiempo, el espacio y otras circunstancias, marcan a un militar el estilo de liderazgo apropiado de acuerdo a su misión y a sus propios objetivos en el puesto que desempeña.

Ya a lo largo de la historia de Guatemala, presidentes, juntas de gobierno integradas estas por civiles o militares, han removido de sus cargos al mando del Ejército, y los que han relevado, igual han cumplido su misión. Esto se debe al sistema de profesionalización que inicia en la Escuela Politécnica donde todos han iniciado su formación. El militar recibe un cargo y asume sus responsabilidades con entereza (principio de don de mando).

El Estado guatemalteco está lidiando hoy día con dos cosas: lo urgente y lo importante; lo urgente es de corto plazo; lo importante es estratégico, de largo plazo.

Se le exige al gobierno una visión de país, de nación, que requiere planificación a largo plazo (estratégica) y por otra lado se le exige – con justa razón – seguridad, ¡Pero ya!

En el proceso de la toma de decisiones surgen ideas e interrogantes. Si se aumenta el efectivo militar ¿resolverá el problema de la seguridad, si dicho efectivo militar no puede actuar como policía y posee medios limitados? Es más ¿Podrá una policía profesional – dentro de 25 años – ejercer la autoridad aún cuando persista las necesidades básicas en la población?

Se están haciendo verdaderos esfuerzos. El último fue la reunión para crear un acuerdo Nacional de Seguridad (El Periódico 21 de diciembre de 2008) para que haya una propuesta consensuada de diversos sectores, pero ¿acaso las leyes vigentes para velar por el orden público no son un consenso? ¿Y la ley del sistema de seguridad nacional no es un gran logro que solo hace falta que ambos – sociedad civil y sociedad política – cada quien cumpla con su función?

Por tanto, la principal amenaza no es, tan solo, la inseguridad como afirma Dina Fernández en “El Periódico” del 8 de diciembre de 2008, eso es lo urgente. El problema es social, de largo plazo. Alguien ya pensó esto, está tratando de llevarlo adelante. Le han llamado de diferentes formas a estos – varios – programas y los han criticado con el doble de argumentos. Pero aunque haya destacamentos policiales o militares en cada municipio el que hoy es delincuente necesita, educación, salud y una fuente de ingresos para sostenerse él y su familia.

Entre tanto, el Ejército de Guatemala permanecerá fiel al orden constitucional y acatará, indistintamente de quién ocupe los cargos altos, medios o bajos, cualquier disposición del poder civil; y cumplirá su misión con prontitud, eficiencia y profesionalismo.

21 de diciembre de 2008

El clamor de dos patrias por el servicio de sus hijos.


…reconozco algo de divino en el funcionario honesto que rinde su vida en nombre de ideales superiores, esos ideales que en mi caso me fueron machacados por mis maestros…


Este artículo es una colaboración de:
Alejando Monzón
Procuraduría General de Justicia,
Estado de Guanajuato, México

Ayer mi jefe el Sr. Procurador de Justicia del Estado de Guanajuato, en la alocución a los miembros de esta institución con motivo del final del año, leyó el poema de Alma Fuerte. Se lo había dado hacía unos meses, después de un cobarde ataque contra las instalaciones del Ministerio Público, donde los sicarios asesinaron a gente inocente, entre ellos una compañera nuestra que cumplía funciones secretariales, los asesinos entraron al baño donde se había resguardado y la ultimaron, tenía tres meses de embarazo, detonando posteriormente una granada de fragmentación. Decía nuestro jefe que ha sido la Procuraduría la que ha dado la cara por el Estado y añadiría yo, el corazón. Por desgracia esa entrega institucional ha significado la muerte de gente buena.

En días pasados tuvimos dentro de los muchos hechos lamentables la ejecución de tres personas, aparentemente relacionadas con el crimen organizado, una de ella un policía de un municipio. Para mí los que se venden son traidores aunque la muerte violenta de cualquier persona es un acto reprobable, la muerte puede tener distintos significados.

Me tocó antes de eso, asistir al enterramiento de 4 jóvenes policías ministeriales, asesinados de forma cobarde y traicionera, mientras acudían a comer en un humilde local, donde acostumbra acudir la clase obrera; junto con nuestros camaradas fallecieron la modesta patrona del local, una de tantas mujeres que a base de esfuerzo sacan adelante a su familia, con el único don que Dios les dio: alimentarnos. También falleció una humilde empleada de la "Fonda Mary" así se llamaba el local. La ceremonia luctuosa fue triste, acompañada por los toques reglamentarios de ordenanza y las salvas de honor a los caídos. El dolor desgarrado de las madres y esposas bajo ese sol luminoso y bello hacía más terrible el momento. Dos de los muertos habían sido alumnos míos en el Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del Estado. Dejan en orfandad y viudez a hijos y mujeres y su ausencia será una lágrima desde lo más puro del corazón de la patria.

Me disculpo de contar esta parte de mi vida, me dolió mucho. Me duele el cinismo de políticos y criminales que tal parece que son socios en esa macabra comparsa de muerte. El otro día entre a un blog supuestamente escrito por un sicario del Cartel de Tijuana, me asqueo lo que ese desgraciado, bajo el seudónimo de “Testigo Protegido” escribía sobre sus hazañas, en especial acerca de un funcionario público, asesinado por negarse a recibir sobornos y cumplir con su deber, viviendo en la honrosa medianía del servidor público que decía don Benito Juárez.
Dice – El “Testigo protegido” – que Dios no existe, tal vez así sea, desde el momento que estos seres degradados por el dinero y el poder existen.

No soy una persona religiosa, pero reconozco algo de divino en el funcionario honesto que rinde su vida en nombre de ideales superiores, esos ideales que en mi caso me fueron machacados por mis maestros: trabajar, crear una familia, vivir en paz y para la paz. Un héroe no es una calle o avenida, una placa grabada en algún monumento, es fundamentalmente un ejemplo. No conozco Tijuana, si algún día lo hago caminare por esa avenida, pensando como Alma Fuerte; fue un poeta argentino que dejo esos bellos versos sobre lo que significa el verdadero valor, no el que surge del dinero o los cuernos de chivo o la cocaína, sino de algo profundo, tal vez sea la voz de Dios susurrando a esas almas que no se vendan:



Si te postran diez veces
te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco por ley han de ser tantas

Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los santos y las santas

Obsesión casi asnal para ser fuerte
nada más necesita la criatura
y en cualquier infeliz se me figura
que se rompen las garras de la muerte
Todos los incurables tienen cura
cinco segundos antes de la muerte.

Por hoy solo camino por las calles de mi patria, a la que tantos amamos y lo hacemos de la única forma posible: trabajando por ganar nuestro pan, un pan noble, nacido del esfuerzo desde la semilla que germinó en espiga, hasta el diario vivir de millones que se alimentan de esa nobleza ganada, como dice la escritura sagrada de los cristianos, con el sudor de la frente.

Antier fui a la ciudad de Dolores Hidalgo por asuntos de trabajo con las autoridades policiales de la ciudad, me encontré a personas que yo había contribuido en su formación, amigos policías honestos (que los hay y muchos). La ciudad es un retablo de pueblito guanajuatense y por decisión del Congreso del Estado desde 1950 su nombre oficial es “Dolores Hidalgo, Cuna de la Independencia Nacional” Es una ciudad pequeña y vibrante, llena de callejuelas empedradas y casonas, vibrante de economía que en mi opinión es algo bueno para los pueblos, pues significa que existen medios de vida para los municipios y que no toda la riqueza se concentra en las capitales.

En la Plaza principal de Dolores, existe un monumento con la cabeza de un águila, es el número 1 de los 250 erigidos en 1960 para el sesquicentenario del Grito de Dolores y que sigue la ruta de los insurgentes hasta la pared de la ciudad de Chihuahua donde se consumó el martirio de Padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla; siempre me emociona llegar ahí, lo hago de una forma inocente y parvularía, recordando mis días en la escuela primaria, donde buenos maestros fundaron en mi alma el amor a México, un amor pleno nacido de un hijo del exilio. La luz sobre esta tierra tan amada me traía con el paso de los escolares por la plaza, esos viejos días de ceremonias escolares y lecciones dadas con amor.



“Mírense – dijo Hidalgo ante sus vecinos y feligreses, a los que convocó la madrugada del 16 de septiembre de 1810- ustedes son los dueños de esta tierra y sin embargo visten harapos y sus hijos pasan hambre. ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Abajo el mal gobierno!” e inició un periplo del pueblo de México, que vive día a día, en cada acto de buen gobierno y justicia que nos damos las mujeres y hombres dueños de estas tierras.

Para mí es un amor real, cotidiano, construido con el esfuerzo cotidiano por servir a esta sociedad, trabajando con mis amigos, superiores, subalternos por construir una policía digna de ese nombre. En Dolores uno de ellos me muestra un pedazo de papel con una nota escrita a mano, es una alocución que siempre hago al inicio de mis cursos con policías y está tomada del Quijote de la Mancha y forma parte de los consejos que el caballero andante le da a su escudero, cuando parte a ser gobernador de la ínsula de Barataria dice así:

“Mantente Sancho por encima de la soberbia del rico y de la impertinencia del pobre y si la vara de tu justicia se dobla, que sea por el peso de la misericordia y no por el de la dádiva”

Me conmovió que me dijera que la trae entre su cartera y fue la que escribió en uno de mis cursos. Son las cosas que lo hacen a uno mantenerse en este camino y contento. Salí de mi cita de trabajo con ellos y volví a observar la hermosa plaza de Dolores con los niños jugando, las señoras camino al mercado, los vendedores de nieves deliciosas (famosas en la región), el sol era una corona áurea sobre la patria y le di gracias a Dios por saber que el cuidado de su gente en este pueblito guanajuatense está en buenas manos.

Siento orgullo guatemalteco, puesto que siendo hijo de un guatemalteco lo soy de origen y es algo que siempre he tenido como algo grande, sin olvidarme de mi patria mexicana a la que con toda lealtad sirvo a mi mejor capacidad.

El orgullo guatemalteco que siento consiste en reconocer la capacidad del Ejercito de Guatemala, para construir una unidad de élite reconocida internacionalmente con pocos recursos, tratando de moldear al material humano que tenía a la mano. Un general mexicano al hablar sobre esto decía “no se puede hacer porcelana de Sèvres con el barro de Tlaquepaque, pero se pueden hacer muy buenos jarritos, que sirven para lo mismo: beber agua”, es cierto, con el noble barro de Chinautla surgen bellos y útiles artículos de orfebrería, así nacieron los Kaibiles, del soldado guatemalteco y de sus oficiales formados por la Gloriosa y Centenaria Escuela Politécnica.

Emiliano Zapata, el caudillo de la Revolución en el sur de México decía “puedo perdonar al asesino, al ladrón, pero al traidor no perdono” es que la traición es algo que deteriora más a la sociedad, que los mismos asesinos y ladrones; yo que los trato diariamente con motivo de mi trabajo entiendo la distinción que hacia el gran líder suriano, el traidor trabaja en el seno del grupo y lo hace en contra de los de su misma condición, sus acciones causan la muerte y la destrucción de sus compañeros, los demás delincuentes obran de acuerdo a su condición degradada, sabemos a que atenernos con ellos, el traidor lo hace desde la oscuridad para asestar una puñalada por la espalda, por eso no los perdonaba Zapata.

Muchos problemas enfrentan nuestros dos países a los que ambos en cada lado de la frontera servimos, siempre he pensado en Guatemala y México como la suerte de dos hermanos que a veces se distancian, pero a los que une una liga de sangre compartida e historia. Pienso que la frontera entre México y los Estados Unidos es una frontera paradigmática en seguida se nota que son dos cosas distintas ambos lados; la frontera entre México y Guatemala es por el contrario enigmática, es difícil ver la diferencia entre ambos, tan hermanados están. Los problemas y sus coyunturas han de pasar pero Guatemala siempre será su nombre inmortal y esta tierra mexicana Ciña ¡Oh patria tus sienes de oliva! De la paz el arcángel divino.

Alejandro Monzón.

2 de noviembre de 2008

La mujer en el Ejército de Guatemala


Diario el periódico publicó un reportaje sobre el papel de la mujer en el Ejército de guatemala

Clic aquí para leerlo

31 de octubre de 2008

Amenazas Globales y Soluciones Soberanas


AMENAZAS GLOBALES

Las amenazas globales se identifican como las causas subyacentes de los conflictos y la inseguridad; al mismo tiempo pueden identificarse como las determinantes probables de futuros conflictos.[1] Una amenaza global conduce a la inestabilidad global sustancial y/o a la pérdida a gran escala de vidas humanas, magnitud que no es alcanzada por otros tipos de amenaza. Así, podrían mencionarse como amenazas globales: el cambio climático, la competencia por los recursos, la marginación por enfermedad, raza o clase social y la proliferación de armas de destrucción masiva.

SOLUCIONES GLOBALES CONTRA SOLUCIONES SOBERANAS

Las “amenazas globales” requieren “soluciones globales”, difícilmente puedan lograrse efectos deseables con “soluciones soberanas”, entendidas estas como las que toma un país de manera unilateral, haciendo uso de su soberanía y tomando decisiones respecto de un problema específico y en circunstancias en que dicha decisión no precisamente es avalada por Estados vecinos, mucho menos puesta a consideración en el marco de bloques regionales.

Las respuestas a amenazas que consisten en medidas para mantener el status quo, son sistemas que buscan controlar la inseguridad sin abordar las causas subyacentes. En cambio una respuesta sostenible ante una amenaza global busca la cooperación – entre Estados – para resolver las causas subyacentes de la inseguridad.

Por consiguiente, el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado internacional entre otros son relativamente menores si se comparan con las amenazas globales, que a la larga, son la causa subyacente de las primeras.


AMENAZAS DERIVADAS DE LAS AMENAZAS GLOBALES


Diferente al tipo de amenaza global, se encuentran las amenazas que los Estados combaten tanto con medidas unilaterales – digamos soberanas – y con medidas bilaterales y hasta regionales.[2] Tales amenazas están identificadas como “nuevas amenazas” en la Declaración sobre Seguridad de las Américas celebrada en la ciudad de México el 28 de octubre de 2003. Entre estas se mencionan el narcotráfico, el crimen organizado internacional, el terrorismo, la pobreza, el deterioro del medio ambiente y la trata de personas, entre otras. Algunos analistas también les llaman “amenazas emergentes”.


AMENAZAS Y RIESGOS

Se identifica entonces una diferencia entre amenazas globales y las “nuevas amenazas”definidas en la Declaración sobre Seguridad de las Américas. Sobre estas existen criterios que sostienen que diferencian entre las amenazas que tienen capacidad e intención de desestabilizar el orden constitucional del Estado y aquellas, que aunque afectan la seguridad y pueden producir desequilibrio social o económico, no poseen la capacidad ni la intención de desestabilizar. Según este criterio al tipo de amenaza que no tiene intención desestabilizadora se le llama “riesgo”.


Bajo estos argumentos el terrorismo es una amenaza en Colombia, pero en Guatemala constituye, al menos de momento, un riesgo. En el caso del narcotráfico podría ser discutible si es o no en la actualidad una amenaza en Guatemala ya que para algunos analistas busca únicamente trasegar la droga y obtener los beneficios económicos antes que desestabilizar al gobierno. Pero para otros, el narcotráfico ha comenzado a socavar las instituciones del gobierno. Las pandillas juveniles ejercen control a voluntad en sectores urbanos sin que las autoridades logren garantizar seguridad. ¿Amenaza o riesgo? Esto deberá quedar como elemento esencial de inteligencia.


Los riesgos y las amenazas en cada Estado según su particular situación, constituyen el escenario subyacente del cual se originarán las amenazas globales. Estas se consolidarán con el correr del tiempo si en vez de tomar decisiones globales que provean la cura, se siguen tomando decisiones soberanas que atacan los síntomas.


OTROS CONCEPTOS

AMENAZAS TRADICIONALES



Se entiende por amenazas tradicionales a la seguridad las acciones derivadas de la escalada de conflictos entre Estados soberanos que puedan generar crisis y/o conflictos armados.


AMENAZAS ASIMÉTRICAS



Se denominan así, a aquellas que provienen de adversarios con características superiores en recursos y tecnología en relación a sus oponentes, y que han desarrollado estrategias orientadas a evitar un conflicto abierto, empleando medios y tácticas no convencionales.


Sus principales características son:
No existe un enemigo definido, por lo que son de difícil identificación.
No necesariamente está ligada a un Estado, pudiendo provenir de grupos u organizaciones, como los fundamentalistas, terroristas, o narcotraficantes.


[1] Chris Abbott, Paul Rogers, John Sloboda, Respuestas globales a amenazas globales, 23/09/2006.


[2] Entrevista a Emilio Ontiveros, Foreing Policy, octubre 2008.

8 de octubre de 2008

Incremento del Efectivo disponible y creación de destacamentos militares


¿Es suficiente incrementar el efectivo militar o crear destacamentos militares en las comunidades para resolver el problema de la inseguridad?

La seguridad es un Objetivo Nacional Permanente en cualquier Estado del mundo. Es ya conocido que – especialmente en Latinoamérica – los ejércitos han sido involucrados paulatinamente en la seguridad ciudadana. Guatemala no ha sido la excepción y la política de seguridad de los diferentes gobiernos desde la firma de la paz en 1996, ha sido emplear al ejército en mayor o menor medida en la “seguridad interna”.

Es comprensible que el recrudecimiento de la violencia, el accionar del crimen organizado y de las bandas de narcotraficantes – como en otras épocas y como sucede en cualquier otro país del mundo – obligue a las autoridades a tomar medidas activas.

Una de estas medidas fue la creación de los Batallones de Seguridad Ciudadana que participan en apoyo a la Policía Nacional Civil. Independientemente de las diversas opiniones sobre la eficacia y los resultados de esta medida, la ciudadanía ha expresado más confianza en las unidades militares que en las autoridades civiles para proveer seguridad.

De julio a septiembre, un total de ochenta y nueve poblaciones han solicitado la presencia de unidades militares en sus comunidades para proveer seguridad. Desde inicios de septiembre, el gobierno consideraba la posibilidad de aumentar el efectivo militar para satisfacer esta “demanda ciudadana”.

Pareciera que la confianza en el ejército y el clamor por su participación en la seguridad fuera beneficioso para una institución aún criticada por diversos sectores, pero es oportuno analizar importantes condicionantes para la eficacia de su empleo en este campo.

¿Solucionará el problema de la violencia y accionar del crimen organizado el incremento de efectivo y la ubicación de destacamentos militares en las comunidades?

Durante el enfrentamiento armado interno que duró oficialmente 36 años, la tarea de combatir la amenaza que intentaba tomar el poder y establecer un sistema “diferente”, fue dejada exclusivamente al ejército. Esto pese a que el esfuerzo debió llevarse a cabo organizadamente y como política de Estado en todos los campos del poder nacional (económico, político, social) y no solo el militar. Por supuesto que en el desenlace final ya conocido, solo hay señalamientos – más negativos que positivos – en contra de la expresión militar.

Esto lleva a reflexionar la cuestión de lo “importante y lo urgente”. Los planes estratégicos resuelven los problemas importantes. Las medidas – reactivas – resuelven lo urgente. La desventaja es que las medidas estratégicas lleva años ver sus frutos; y a veces (como este caso) se necesita también de las medidas urgentes porque el problema de la inseguridad es real.

Pero si nuevamente, se pretende que sea el ejército el que mejore la percepción de seguridad, creando destacamentos militares o incrementando el efectivo, los resultados son discutibles. Tampoco es una solución única incrementar policías y comisarías, aunque estas gozaran de la renovación de la confianza de la población (proceso que llevará unos veinte años si se comienza a trabajar hoy en una carrera policial).

Paralelo al incremento de efectivos, sean estos policiales o militares para la seguridad ciudadana, se necesita el involucramiento de todas las expresiones del poder en la tarea de la seguridad. Es decir, que no solo hay que fundar un destacamento militar o una comisaría en una aldea, sino llevar fuente de trabajo, educación y salud a esa misma aldea, legislar en este sentido, desarrollar programas, facilitar la inversión para generación de empleo y hacer que el sistema de justicia alcance esta aldea. Todos reconocen hoy que La raíz del problema de la inseguridad es “principalmente” social.

Debe cuidarse de no cometer el mismo error del enfrentamiento armado interno y creer que abrir destacamentos militares solucionará el problema de la inseguridad. La tarea urgente de la seguridad no es exclusiva del ejército, será una herramienta, pero no su misión.

Para el Lic. Mario Ardón, catedrático en la Escuela de Altos Estudios Estratégicos del Comando Superior de Educación del Ejército, cuando el artículo 244 de la Constitución Política de la República de Guatemala se refiere a la participación del ejército en la seguridad interna, debe interpretarse exclusivamente para casos de: insurrección, rebelión o revolución. Estos son los únicos casos en que la capacidad de las fuerzas de seguridad civil ha sido rebasada. Es un error calificar como “sobrepasada” la capacidad de la fuerza policial por el mero incremento de violencia, de delitos, de accionar de bandas. Cuando dichas bandas no tengan necesidad de ser clandestinas y se ubiquen geográficamente para hacerle frente al gobierno, entonces la capacidad del Estado habrá sido sobrepasada. Lo que se necesita es incrementar la capacidad policial para contrarrestar las capacidades de la delincuencia común u organizada.

En México también es considerado el ejército como una institución confiable y el Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF ha instado a mantener la credibilidad de dicha institución, no involucrándolo en tareas de seguridad ciudadana; sino mantenerlo integro, entrenado y sin contaminar, para ser empleado como último recurso, como podría ser un estado de excepción (decretado en caso de: insurrección, rebelión o revolución y no tan solo porque un grupo de ciudadanos, aunque con violencia, pero con peticiones, descontentos y desarmados toman las instalaciones de un mercado o un edificio municipal).

La seguridad como objetivo nacional permanente mejorará con un esfuerzo integral, en todos los campos del poder nacional y la participación de los tres poderes del Estado. Incrementar efectivos militares o policiales implica necesariamente la inversión en equipo, comunicaciones y movilidad. Todo esto tiene un alto costo financiero.

Si tomará años fortalecer la Policía Nacional Civil y se necesita con urgencia apoyar la fuerza policial actual con unidades militares, es recomendable destinar unidades militares específicas para esta función (como los actuales batallones de seguridad ciudadana) pero con el respaldo legal respectivo para que participen activamente y no sólo “en apoyo de”. El resto de unidades regulares y especiales del ejército debe dejarse en reserva para estados de excepción o ser empleadas en el ámbito de la Defensa Nacional según la política respectiva.

24 de septiembre de 2008

El sistema de entrenamiento militar


Todo Comando, fuerte o base militar, independientemente de la composición y fuerza, debe funcionar sobre la base de: Las Operaciones, El Mantenimiento y El Entrenamiento. Esta trilogía está estrechamente ligada entre sí para que una institución militar funcione adecuadamente para cumplir su misión.


Las operaciones no se pueden realizar si las tropas no están entrenadas o si no se ha brindado el mantenimiento necesario al equipo y armamento. El mantenimiento es necesario para asegurar el éxito de las operaciones, mismas que se logran porque las tropas están entrenadas para ello. Finalmente sin entrenamiento no hay eficiencia, pero también sin mantenimiento la eficiencia falla aunque la tropa esté entrenada.

Entendido este principio, aplicarlo significa:

Fondos para mantenimiento (compra de materiales para instalaciones, aceites lubricantes para armas y equipo, repuestos y accesorios para armamento y vehículos, almacenes etc.).

Fondos para entrenamiento (munición, instalaciones militares para adiestrar tropas, el consiguiente consumo de energía, comunicaciones y combustible, depreciación de vehículos, papelería, etc.).

Fondos para operaciones (equipamiento de armas, tecnología, equipo individual, movilidad, vehículos, naves aéreas, embarcaciones y comunicaciones militares.

Para la ejecución no dejar de considerar salarios, alimentación, vestuario, calzado, material médico y agua.El presupuesto que los Estados asignan a sus Fuerzas Armadas en todo el mundo, cubre las anteriores necesidades.

El sistema de entrenamiento-mantenimiento-operaciones, gira alrededor de tres componentes principales: Físico, Militar y Ético. Estos tres componentes se expresan en un documento que toda base militar, sin excepción, posee: El Horario de Actividades. Este horario rige todas las actividades y constituye la guía a seguir para que las tropas sean permeadas en los tres aspectos ya mencionados: físico, militar y ético.


Un horario establece qué días y a qué horas se trabajará el aspecto físico, el aspecto militar y el aspecto ético, que constituye la formación de los soldados o estudiantes militares según sea el caso. Para cumplir este horario se necesita Entrenar, mantener y operar.


El aspecto físico abarca dos grandes campos: el acondicionamiento físico y los deportes. El acondicionamiento prepara al soldado en su fuerza y resistencia muscular, resistencia cardio respiratoria y elasticidad corporal para ejecución de destrezas individuales de diverso grado de dificultad según la especialidad y función de cada soldado. Los deportes complementan la condición física, proveen recreación, descanso (que es un cambio de actividad) con el valor agregado que permite tener equipos deportivos representativos en el medio social donde se ubican las instalaciones militares.


El aspecto militar abarca la ejecución de operaciones (incluidas en el horario de actividades si es posible) el entrenamiento y la profesionalización (estudios militares). Los tres capacitan para la ejecución de misiones bélicas, misiones no bélicas y misiones internacionales de paz.


El aspecto ético contiene dos componentes: los principios y valores militares y la formación espiritual del carácter militar. Los principios y valores militares se practican durante todas las actividades. Cada situación en la vida militar tiene una aplicación de algún principio como honor, deber, valor, lealtad, unión, virtud, ciencia, fuerza, integridad, confianza en sí mismo, coraje, autoridad decisiva, tacto, justicia, juicio, abnegación, porte, resistencia, lealtad, voluntad en el servicio, responsabilidad, puntualidad, honestidad, decencia, decoro, pulcritud, caballerosidad, honradez, buenos modales, etiqueta, carácter austero y sobrio, sólida cultura, iniciativa, espíritu batallador, idealista, sagaz, mente clara y afirmativa, empecinado en sus designios, mordaz y agresivo en el combate y felino en grado sumo.

El conjunto de hombres formados con estos componentes integran la institución que se denomina “Ejército” y se encuentran al servicio de su patria para enfrentar las amenazas tradicionales y las nuevas amenazas con los medios disponibles, mismos que determinan sus capacidades.



19 de septiembre de 2008

Entrega de Fusiles TAVOR a los Kaibiles


El Señor Presidente Constitucional de la República de Guatemala y Comandante General del Ejército, Ingeniero Alvaro Colom Caballeros, hizo entrega al Comandante de la Brigada de fuerzas Especiales ubicada en Puerto Barrios Izabal, el nuevo armamento que utilizarán los kaibiles para cumplir sus misiones.


El armamento entregado consiste en tres tipos de fusil TAVOR calibre 5.56mm de fabricación israelí: TAVOR CTAR comando, TAVOR STAR con bípode y mira telescópica para francotirador y TAVOR GTAR con lanzagranadas de 40mm. A la ceremonia asistió el Vicepresidente de la República, el Gabinete de Seguridad del Gobierno y el alto mando del Ejército de Guatemala. Durante la ceremonia los kaibiles ofrecieron una demostración de una situación táctica donde se efectuó una infiltración por medio de la técnica de descenso de vehículos en movimiento.


1 de septiembre de 2008

Escuela Politécnica, aniversario de fundación


La academia militar donde se forman los oficiales del Ejército de Guatemala recibe el nombre de “Escuela Politécnica”. Inició sus labores el 1 de septiembre de 1873 siendo presidente de la República el General Miguel García Granados.

Su historia ha sido dividida en cuatro épocas: la primera dio inicio en 1873 en el convento de la recolección (instalación que aún existe en la 3ª avenida y 2ª calle de la zona 1 de la ciudad de Guatemala). Esta época terminó en 1908 cuando fue clausurada por el Presidente Manuel Estrada Cabrera por un atentado en su contra por parte de un cadete.
Fachada de la Escuela Politécnica en su primera época, pintura de E. Ramos P. Poaquil 99, puede verse en el Centro de Conferencias del Ejército, Ministerio de la Defensa Nacional en la avenida de la Reforma zona 10 de la Ciudad de Guatemala.


El mismo presidente Estrada Cabrera inauguró la segunda época en 1912 con el nombre “Academia Militar” y sus instalaciones se ubicaron en el inicio del Bulevar 30 de junio, hoy conocido como Avenida de la Reforma, zona 10 de la ciudad. Esta época finalizó en 1917 por los daños que sufrieron las instalaciones a consecuencia de un terremoto.


Fachada de la Escuela Politécnica en su segunda época, pintura de E. Ramos P. Poaquil 99, puede verse en el Centro de Conferencias del Ejército, Ministerio de la Defensa Nacional en la avenida de la Reforma zona 10 de la Ciudad de Guatemala.


Segunda época luego del terremoto


En 1920 inició la tercera época en el mismo lugar con el edificio ya reconstruido en la avenida de la Reforma. Finalizó en 1976 por trasladarse a una nueva ubicación.



En 1977 inició la cuarta época con las nuevas instalaciones en el municipio de San Juan Sacatepéquez.






Todo oficial graduado en la Escuela Politécnica recuerda cada primero de septiembre, lo vivido durante su formación como oficial. Momentos determinantes como el día de ingreso; los primeros cuarenta días al fin de los cuales se da la imposición de bonetes; ganarse el espadín, la solemne protesta de bandera y el derecho a portar el uniforme de diario y gala; los días de visita; los ejercicios tácticos en el terreno; las clases de boxeo, gimnasia y equitación; muy especialmente las actividades de aniversario siendo cadetes. Y así, tantos recuerdos, hasta el día de la graduación cuando es invocado el juramento del oficial graduando que dice:


“Juro… ante Dios y por mi honor de soldado guatemalteco: Acatar la constitución, leyes y autoridades de la república, venerar y defender con mi vida la bandera de mi patria, símbolo de Guatemala, expresión de gloria y libertad”.

17 de agosto de 2008

Protesta de Bandera



La “Protesta de Bandera” es una ceremonia que se realiza cuando los reclutas (nombre que se da a los ciudadanos que se presentan a prestar servicio militar) terminan su entrenamiento básico y se convierten en soldados. En Guatemala el servicio militar es voluntario; el período de entrenamiento dura entre treinta y sesenta días y el tiempo total que está obligado a terminar una vez que decidió hacerse soldado es de veinticuatro meses.

No se refiere este artículo a la "Jura de Bandera" del Ministerio de Educación (Bandera nuestra, a tí juramos, devoción perdurable, lealtad perenne, honor sacrificio y esperanza... etc) que todos los estudiantes menores de edad repiten en ceremonias como parte del proceso de formación cívica. En 2016, el presidente Jimmy Morales ordenó que este juramento del Ministerio de Educación, sea invocado por todos los ciudadanos presentes en actos protocolarios.

En el caso del personal militar, al momento de “jurar bandera” el ciudadano se constituye formalmente como soldado del Ejército de Guatemala y queda sujeto al fuero militar, es decir, a las leyes y reglamentos militares. Y es que, cuando un ciudadano entra al Cuartel con el objeto de prestar servicio militar, imaginariamente, deja en la Guardia de Prevención (entrada principal) una maleta con algunos de sus derechos ciudadanos, a los cuales voluntariamente renuncia para prestar servicio a su patria.

Entre estos derechos se encuentran por ejemplo: elegir y ser electo, libertad de asociación y debe subordinarse a los ordenes de su sus galonistas y oficiales, quedando comprometido a obedecer, no deliberar, no expresar inconformidad por privaciones e incomodidades si estas privaciones son necesaria para el cumplimiento de su misión.

Un soldado adquiere más obligaciones que derechos. Su condición le exigirá sacrificios que se convierten en obligaciones so pena de sanción si no las ejecuta y la comisión de delito militar si se negara a cumplirlos. Tal es el compromiso al que se compromete un ciudadano al jurar bandera y convertirse en soldado.

En la ceremonia, los reclutas que van a jurar bandera ocupan una posición al extremo derecho del resto de la tropa. Una vez la bandera se coloca frente a ellos, el comando y los oficiales de Estado Mayor forman a la derecha de la bandera, frente a los reclutas. Entonces el comandante con voz enérgica les pregunta: “¡Soldados! ¿Protestáis seguir constantemente la bandera de la república, defenderla hasta perder la vida y no abandonar a quien os esté mandando en acción de guerra o disposición para ella?”. Los nuevos soldados responden a la vez: “si protestamos”.



Seguidamente el abanderado presenta la bandera y el comandante colocándose frente a ella la toma por su extremo inferior, con el brazo derecho, levantándola ligeramente, para permitir que los reclutas pasen debajo de la misma. En el momento de pasar debajo, se descubren con la mano derecha y colocan la gorra sobre la palma de la mano izquierda, doblando el antebrazo en ángulo recto.

El período de recluta es una de las fases que mayores recuerdos traen al ciudadano que ha prestado su servicio militar. Habiendo hecho la protesta respectiva, su mente recuerda todos los momentos vividos en los días anteriores. De cómo su cabo le enseñó a vestir y llevar correctamente el uniforme, a cuidar del arma que se le asignó y de cómo le instruyó acerca de la subordinación a que está sujeto desde el momento en que ingresó al ejército; el respeto y obediencia absoluta que debe observar estrictamente hacia sus superiores.

A partir de este día el soldado está en capacidad de prestar servicio de guardia porque conoce sus obligaciones y está entrenado en el manejo y uso de su arma. Ahora comprende que el verdadero espíritu del servicio militar consiste en el valor personal, prontitud en la obediencia de las órdenes que reciba y exactitud en el servicio; y que estos son deberes a los que nunca ha de faltar.



Un soldado obedece, respeta y guarda las más elevadas normas de cortesía para la Oficialidad y galonistas de su unidad. Aún cuando esté sin arma, el soldado marchará en todo momento con porte militar y soltura, manteniendo el cuerpo erguido y su gorra, casco o boina bien puestos, lo que denota a la vez el grado de entrenamiento y preparación militar que ha recibido.

Desde que el soldado recibe su equipo, munición y arma queda todo bajo su entero cuidado y responsabilidad. Un soldado debe poseer alta moral, confianza en sí mismo, en los demás
Integrantes de su unidad y en su arma.

Los reglamentos militares, prohíben a los integrantes del Ejército de Guatemala, bajo severa sanción disciplinaria, toda conversación o actitud que manifieste desagrado, inconformidad, falta de espíritu y sacrificio que en el servicio militar exige al cumplimiento de sus obligaciones.

Fuente:
Reglamento para el servicio del ejército en tiempo de paz.

6 de agosto de 2008

Conferencia: Papel de las Fuerzas Especiales Kaibil

En el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (EPRI) de la Universidad Francisco Marroquín se impartió la conferencia "El papel de las Fuerzas Especiales Kaibil" a estudiantes de tercero y cuarto año de la Carrera de Ciencias Políticas. Durante el desarrollo de la misma se presentó información general sobre la Brigada de Fuerzas Especiales Kaibil, su misión, organización y capacidades.

También se dio una orientación sobre el curso kaibil haciendo referencia a su propósito, metodología y generalidades de su contenido. Las conclusiones fueron orientadas a la importancia de la existencia de una Fuerza Especial debidamente equipada como herramienta del Estado para contribuir a la Seguridad y Defensa contra amenazas asimétricas y emergentes.

Se discutieron los beneficios para el Estado de Guatemala al tener desplegadas fuerzas especiales Kaibil cumpliendo misiones internacionales de Paz al igual que contingentes y observadores militares en tres continentes y siete países alrededor del mundo.

También se analizaron los efectos para el país al haberse integrado un batallón para operaciones de paz compuesto por integrantes de los ejércitos de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, como una respuesta integrada a las amenazas actuales y a disposición de la ONU.

El Director del instituto, Lic. Pedro Trujillo Alvarez, manifestó que la información compartida es de gran importancia para la formación académica de los estudiantes y les permitirá continuar abordando el tema desde nuevas perspectivas y variados puntos de vista, constituyéndose este conocimiento en una importante herramienta que enriquecerá su capacidad analítica.

Conferencia UFM


29 de julio de 2008

Acción de los Cadetes el 2 de agosto de 1954



Monumento a los cadetes del 2 de agosto de 1954 en la Escuela Politécnica


En 1954 era Presidente de Guatemala el Coronel Jacobo Arbenz Guzmán, llamado “el soldado del pueblo” y quien había desempeñado un importante papel en la revolución de octubre de 1944. Era el segundo gobierno de la revolución.

Se vivía la época de la “guerra fría” que enfrentaba a las dos potencias mundiales de ese entonces: Rusia que intentaba exportar su sistema totalitario (comunismo) hacia el mundo y Estados Unidos de América que trataba de impedirlo.

La lucha era global. Los Estados Unidos urgían a los gobiernos americanos a no permitir en su política cualquier influencia marxista-leninista y Rusia trataba por diferentes medios de infiltrar dichas políticas. Rusia buscaba debilitar o dominar intereses estadounidenses y ellos los defendían a cualquier costo.

Las intervenciones de ambas potencias en los países eran de diverso orden, desde clandestinas operaciones, ayuda de diferente tipo para la lucha, soborno a políticos, imposiciones políticas y hasta descaradas invasiones en abierta violación a la soberanía de los países, que por lo regular estaban en vías de desarrollo y dependían de una u otra forma de las medidas que “recomendaban” cualquiera de las dos potencias.

El Presidente Arbenz Guzmán buscaba el bienestar de la población. Pero varias de sus opciones políticas parecían estar sustentadas en ideas de teóricos del marxismo-leninismo y afectaban intereses estadounidenses en Guatemala. Los Estados Unidos declararon abiertamente que Guatemala estaba bajo la amenaza comunista y que el gobierno de Arbenz facilitaba el camino hacia un régimen totalitario. Tanto Rusia como Estados Unidos, realizaron verdaderas campañas psicológicas donde hacía parecer que su respectiva ideología era la mejor para el bienestar común.

De esta forma, los Estados Unidos de América, promovieron una invasión desde Honduras para derrocar al Gobierno de Arbenz, encargando tal misión a un Coronel que había sido dado de baja del Ejército por indisciplina tiempo antes, llamado Carlos Castillo Armas.

Pero esta reseña histórica no pretende defender una u otra ideología; no pretende concluir si el gobierno del Presidente Arbenz seguía una política con orientación comunista; ni pretende condenar o justificar la intervención estadounidense.

En cambio, esta reseña histórica, pretende exaltar cómo la situación fue considerada por un grupo de cadetes de la Escuela Politécnica quienes por esa época se formaban para ser oficiales del Ejército de Guatemala; jóvenes militares que en su mente tenían claramente inculcados los conceptos de honor, lealtad, dignidad militar y soberanía; por tanto no comprendieron las razones políticas de un gobierno preocupado por las más pobres, de una potencia preocupada por preservar sus empresas comerciales en Guatemala y la más difícil de entender: el motivo por qué un militar – aunque de baja – se revelaba contra su propia patria traicionando los valores que ellos abrazaban en sus mentes y en sus corazones; y peor aún, ver un ejército que no hacía nada en medio de toda esta crisis política.

El 17 de junio de 1954, volantes lanzados desde un avión no identificado invitaban al pueblo de Guatemala a rebelarse contra el Gobierno del Presidente Arbenz. Al día siguiente, el 18 de junio, se supo de de una invasión por Chiquimula y Zacapa. En la Escuela Politécnica, los cadetes más antiguos dirigieron al Director y al Comandante de la Compañía, Coronel Ernesto Paiz Novales y mayor Rogelio Rosales, una solicitud que dejaría impresa en la historia el primer gesto heroico de la Compañía de caballeros cadetes del año 1954:

…”solicitamos del alto mando autorización para que seamos enviados al frente a combatir la invasión”…

El presidente Arbenz quien conociera la solicitud, satisfecho y orgulloso solamente comentaría que no era necesario el sacrificio de los jóvenes cadetes. El ejército sabría responder con honor a su compromiso.

Sin embargo crecía la tensión en las filas de los cadetes pues las noticias aseguraban que el ejército mantenía su cohesión y que la fuerza invasora (llamada “la liberación”) era rechazada. La noche del domingo 27 de junio de 1954 con desconcierto los cadetes se enteraron que el presidente Arbenz cedía ante la invasión y renunciaba. En el video que sigue del discurso que el Presidente Arbenz pronunció al momento de renunciar a la presidencia de Guatemala.

El video a continuación es una interesante documental sobre este tema. Nótese el contenido principalmente a partir de los dos minutos y 13 segundos de duración

Colocación de ofrenda floral, al fondo algunos de los cadetes que participaron en la acción del 2 de agosto de 1954 (foto del año 2005).

Lejos estaban los cadetes de comprender las circunstancias políticas de la crisis, tan solo se preguntaban por qué y cómo había sido esto posible. Si no hubo derrota ¿Qué había sucedido? ¿Por qué de pronto se derrumbara todo y el que era señalado como mercenario, traidor e invasor se alzaba con la victoria?

Hacia julio de 1954 era anunciado el nombramiento de un nuevo director: el Mayor Jorge Medina Corado. Los cadetes identificaban al Mayor Medina como uno de los jefes del ejército que se alió al invasor, según ellos, en clara violación profesional y constitucional. La situación en lugar de tranquilizarse se tornaba cada vez más tensa. Durante los descansos se dieron riñas entre cadetes y miembros de “la liberación”.

Un ex cadete que había causado baja por no adaptarse al régimen disciplinario y exigencia física, ahora era teniente en el ejército de liberación. El incidente en un prostíbulo donde los liberacionistas humillaron a un grupo de cadetes fue otro hecho que generó más resentimiento contra los miembros de “la liberación”, pero no la causa final de la acción de los cadetes.

Se obligó a la compañía de cadetes a rendir honores en el aeropuerto al supuesto caudillo de los invasores (Castillo Armas). Esto causó indignación en la compañía que no podía ser demostrada por el respeto a la misma disciplina militar. Conforme los incidentes siguieron dándose fue removido también de su cargo el Mayor Rosales, Comandante de la Cía. De Cadetes.

Se anunció que el 1 de agosto se celebraría un desfile para agradecer a los “liberadores” quienes serían condecorados al igual que varios miembros del ejército nacional. Nuevamente la compañía era obligada a asistir a una ceremonia denigrante para la institución armada. Sufrieron la vergüenza que a su paso por las calles el pueblo les gritaba “huecos” (modismo guatemalteco que significa: falta de valor).

Los cadetes se preguntaban: si los “liberacionistas” supuestamente habían vencido ¿Por qué se condecoraba a oficiales supuestamente vencidos? ¿Qué harían los oficiales del ejército nacional para ser merecedores de una condecoración por quienes los habían derrotado sin combatir?

La rabia y la frustración de los que asistieron a la comisión fueron contagiadas al resto de cadetes al retornar a la Escuela Politécnica (en la avenida de la Reforma) ante la impotencia de lavar la afrenta. “Lejos estaban de saber que un grupo de sus compañeros consumidos por la misma ansiedad e impotencia, habían mascullado en silencio desde hacía días una respuesta que limpiara el honor del ejército humillado y la dignidad de la patria atropellada y mancillada por la invasión”.

Desde finales de julio de 1954, un grupo de seis cadetes de la promoción 52 (cuarto año) se habían reunido en las aulas para analizar la situación. Eran el Sargento segundo René Santizo Corado, Cabo Francisco Barzanallana, Cabo Oscar Morales, Cadete Carlos Anderson Lima, Cadete Herbert Frener y Cadete Ricardo Cobar. Decidieron que atacarían las casas en que habitaban los miembros de la junta militar que sucedió a Arbenz. Necesitarían a 30 cadetes como mínimo; si tenían éxito regresarían a la Escuela Politécnica, si fallaban se irían a las montañas y luego al exilio. Había que buscar voluntarios de una manera discreta pero encontraron que casi toda la compañía compartía sus sentimientos.

El sorpresivo desfile del 1 de agosto precipitaba los hechos, más la noticia de que el ejército de liberación pernoctaría en el hospital Roosevelt. Esto hizo que el grupo tomara una precipitada pero firme decisión: Ahora o nunca. A la 1:30 AM del 2 de agosto de 1954 El Sargento Santizo, Anderson y Barzanallana capturaron al Director y subdirector. Cerca de 30 cadetes se movieron rápidamente y pronto controlaron la instalación y los oficiales fueron conducidos a la sala de banderas. El resto de la compañía dormía. El Sargento segundo Jorge Luis Araneda, a quien le faltaban 29 días para graduarse como oficial, escuchó el bullicio y movimiento inusual por lo que llamó al Sargento Santizo y preguntó qué pasaba. Santizo contestó: Mi sargento, atacaremos a “la liberación”. Ustedes se graduarán en un mes y sabemos que serán asignados a la presidencia, por ello no queremos perjudicarlos, no sabemos cómo va a terminar todo esto. ¿Llevará la compañía la bandera? Preguntó Araneda – sí mi sargento – fue la respuesta. – Sargento Santizo, yo soy el abanderado, a donde va la compañía va la bandera y a donde va la bandera voy yo –.



Sargento Segundo de Cadetes Jorge Luis Araneda
Y así, heroicamente se incorporan el Sargento Araneda , el Cabo de Cadetes Luis Antonio Bosch Castro, Lizardo Mazariegos y Erwin Ortiz Castillo a quienes faltaban 29 días para graduarse de oficiales. Las luces se encendieron, a los pocos minutos toda la compañía estaba formada y equipada para campaña.

El Sargento de cadetes René Santizo Corado convertido en sargento encargado y comandante de la compañía dijo a los cadetes la madrugada del 2 de agosto de 1954: “Durante casi tres meses hemos sido testigos de actos y actitudes que hieren profundamente el espíritu militar de la compañía. Nuestra patria ha sido invadida y contra nuestras esperanzas e ilusiones de ver a nuestra institución armada responder a la agresión a nuestro suelo, solamente hemos sabido de celebraciones y entregas que humillan a todo el ejército. Nosotros no podemos quedar al margen al ver mancillado el honor de la patria y la dignidad de nuestra institución. Y si nuestros superiores solamente han dado muestra de cobardía y de traición, nosotros lavaremos con nuestra propia sangre la afrenta recibida”.

Los planes habían nombrado a Barzanallana como Comandante del primer pelotón, a Araneda como Comandante del segundo pelotón; a Mario Paiz del tercero. Al frente de la responsabilidad del fuego pesado de las ametralladoras .30 y .50 estaba el cabo Bosch, Erwin Ortiz y Pompilio Valdez. El Sargento Santizo además de comandante de la compañía accionaba una ametralladora .50”; sobre ellos recaía la responsabilidad de cubrir el perímetro del Hospital Roosevelt donde se encontraban los de “la liberación”.

Cuando el día comenzaba a mostrar tímidamente su rostro, un disparo de revolver 38 a cargo del Cadete Méndez Ruiz inició el fuego. El desigual combate había dado comienzo. Durante la acción murieron el Sargento Araneda, el Cabo Bosc y el cadete Carlos Enrique Hurtarte.

La información fluía y daba a los oficiales de la Base Militar de la Fuerza Aérea la dimensión de la urgencia de apoyo que los cadetes necesitaban, la relación era de 12 a 1 a favor de “la liberación” pero no se daban cuenta del todo por el intenso ataque politécnico; sin embargo la munición comenzaba a escasear. Estos oficiales y sus unidades sabían ya de la muerte del abanderado y de la caída del Cabo Bosch. Los niños del ejército estaban librando la batalla que ellos (el ejército) debieron librar. La vergüenza que aún otros cuerpos no querían aceptar, privó en los oficiales de la Base Militar de la Fuerza Aérea, que con sus comandantes al frente, decidieron comprometerse reforzando el ataque de los cadetes.

El alto mando había conocido del levantamiento casi a la misma hora que lo iniciaban, conocedores de la psicología del cadete, que responde a sus oficiales especialmente a aquellos que se identifican con él, designó al recién removido ex director y al ex comandante de la compañía para que negociaran con los cadetes y desistieran de su intención. El cadete Anderson indicó: “Mi coronel, la compañía está dispuesta a logar el objetivo de derrotar al invasor. Si esto no fuera posible la última bala estará reservada para nosotros mismos”.

Consultados respecto a los motivos indicaron: la ofensa de una invasión no repelida por el ejército. La afrenta de la existencia de dos ejércitos, uno de los cuales el nacional es el vencido. La humillación de ver a este rendido ante 150 soldados de fortuna.

Mientras una comisión de cadetes retornaba de casa presidencial de pactar con el coronel Castillo Armas, la compañía daba el asalto final a las 1700 horas del 2 de agosto de 1954, unidades del ejército nacional habían llegado desde temprano pero tenían órdenes de no intervenir a excepción de la base militar la Aurora, que decidieron comprometerse. Castillo Armas ordenó a “la liberación” que se rindiera ante la compañía de cadetes con quienes hizo un acuerdo. Luego los cadetes retornaron a la Escuela.

Castillo Armas violó los acuerdos pactados pues ordenó cerrar la Escuela en vísperas de su 81 aniversario. La compañía recibió órdenes de prepararse para un día de campo que en realidad terminó en cárceles de Antigua Guatemala y Chimaltenango. A los cadetes que consideraron menos peligrosos los dejaron en la Escuela. Ya unos días antes el mayor Mario Sánchez, alertaría a un grupo de cadetes de la intención de responsabilizarlos de los hechos, por consiguiente algunos desertaron y huyeron. Muchas personas incluyendo a Castillo Armas quisieron dar un tinte político al acto heroico de los cadetes, se dijo que el movimiento fue promovido con el interés del reinstalar el comunismo influyendo en algunos cadetes para que tomaran las armas. Pero el sentimiento de profunda lealtad, patriotismo y honor por el que actuaron los cadetes se ha presentado pocas veces en la historia de los ejército.



Sepelio de los cadetes fallecidos en la acción del 2 de agosto de 1954


Mimbros de "la liberación"
Fuente y fotografías:
Carlos Enrique Wer, En Guatemala los héroes tienen quince años, Marprin, 1993.
En el siguientes video, a partir de los 3 minutos y 30 segundos de duración, se encuentra una dramatización de la situación política en 1954.

12 de julio de 2008

Fuerzas Especiales de Guatemala, Kaibiles


Desde abril de 2008 la Brigada de Fuerzas Especiales “Kaibil” está ubicada en Puerto Barrios Izabal sobre el litoral Este, de la bahía de Amatique. La nueva ubicación tiene importantes ventajas estratégicas para cumplir misiones en cualquier parte de la República.


El terreno provee una vegetación agreste, envidiable para cualquier comandante que desea entrenar Fuerzas Especiales y llevarlas a un alto nivel de entrenamiento y destrezas en selva; arbustos dentro de la maleza, conocidos en los modismos guatemaltecos como: jimba, caña brava, la uña de gato, la cola de iguana, el escobo y la palma negra permiten a los Kaibiles efectuar pruebas de supervivencia y entrenamiento de combate al narcotráfico en zonas aisladas, custodiados por fauna de diversas especies incluyendo serpientes barba amarilla y zumbadoras que habitan en el litoral de la bahía de Amatique.

El Entrenamiento militar y acondicionamiento físico se desarrolla a un metro sobre el nivel del mar y en un clima que permite mantener el rendimiento al más alto nivel.

De allí el resultado en el evento “Fuerzas Comando 2008” realizado en junio, donde las Fuerzas Especiales guatemaltecas obtuvieron el primer lugar en “Dureza y eficiencia física”. El Evento se realizó en San Antonio Texas, Estados Unidos de América y participaron un total de dieciocho países. La municipalidad de Guatemala hizo un reconocimiento a estos kaibiles.

En Poptún, Petén, se desarrollan los programas de entrenamiento contra terrorista, contra narcotráfico y combate urbano; allí también permanece la Escuela “Kaibil” a donde acude cualquier oficial o soldado del ejército guatemalteco que aspira aprobar el curso y hacerse merecedor de portar la boina púrpura: la boina KAIBIL.